Las salpas, zapaticos o también denominadas, en su forma de cadena, Cinturón de Venus no suelen inundar las costas malagueñas en el mes de junio. La presencia de estos inofensivos invertebrados es muy habitual en aguas atlánticas y necesitan abundancia de fitoplancton y temperaturas frías para vivir. Sin embargo, el cambio climático y las primaveras frías como las más recientes han propiciado su aparición fuera de la época invernal.

Así lo relatan fuentes del CSIC consultadas por este periódico, después de los episodios vividos por numerosos bañistas de Nerja y la Costa Tropical granadina durante el pasado fin de semana. "No son ni plásticos ni medusas, pero tampoco son peces. Además, ni son peligrosos ni consumen otra cosa que no sea fitoplancton", expresan. Una de las principales características de una especie que es fundamental para la vida en el planeta es la fijación de CO2, cada vez que se pone el sol, y su acumulación en el mar. Es decir, entre sus principales virtudes está la de limpiar el aire.

Hubo un tiempo en el que se pensó que los cinturones de venus serían fundamentales para detener el cambio climático. Sin embargo, pronto se evaluó que multiplicar su presencia en los océanos también acabaría con los bancos de fitoplancton que son fundamentales para animales de gran tamaño como las ballenas, o bien para la presencia de focas en los ecosistemas marinos. Así se descartó esa vía.

El Aula del Mar de Málaga reitera que se trata de "animales gelatinosos totalmente inofensivos". Uno de los colaboradores de este organismo, Javier Ortiz, agrega que estos invertebrados de la familia de los "tunicados, aunque parecen medusas, no guardan ninguna relación con ellas". Agrega que se desplazan "por contracción bombeando agua a través de su cuerpo, con un cuerpo trasparente a excepción de su aparato digestivo que tiene un tono anaranjado".

"Van uniéndose hasta formar hileras, pero no debemos tenerles miedo pues no tienen ningún peligro. Al contrario hacen una estupenda función porque pueden absorber alrededor de unas 4000 toneladas de CO2 al día para sedimentarlo en los fondos marinos", argumenta. La plaga en las cosas malagueñas disminuirá en cuanto aumenten las temperaturas en los próximos días, pero de momento los servicios de limpieza trabajan para retirar de la orilla del mar los ejemplares muertos aparecidos en los últimos días.