Torre del Mar volvió a ser por cuarto año consecutivo la meca nacional para toda persona a la que la aeronáutica le resulte una pasión. Así peregrinaron este domingo, en una jornada óptima en el capítulo meteorológico, más de 200.000 espectadores hasta unas playas torreñas que sirven de decorado especial para el Festival Aéreo Internacional de Torre del Mar, popularmente conocido como Air Show. Y no sólo pudo seguirse la evolución del programa de acrobacias y piruetas en esta localidad, sino que también pudieron disfrutar de cada espectáculo numerosos bañistas de enclaves vecinos como Almayate, Caleta o el litoral del término de Algarrobo.

Las altas temperaturas anunciadas para el fin de semana no impidieron, además, que miles de turistas decidieran pasar esta jornada dominical en esta parte de la provincia, a pesar de algunas retenciones que se registraban durante la mañana en los accesos por carretera desde la A-7. Fue especialmente complicada la llegada desde Rincón de la Victoria, a raíz de un accidente múltiple que mantuvo colapsada la autovía del Mediterráneo hasta poco antes de las dos de la tarde.

Entre las piruetas más esperadas en esta ocasión figuraban las diseñadas por la Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire (PAPEA), aunque no menos espectacular resultó la participación del caza de combate Eurofighter. Junto a este ya clásico en las playas torreñas, como avión estrella por su capacidad tecnológica, el festival, que también se pudo seguir a través de internet, deparó la presencia de la Patrulla Aspa o de las aeronaves Canadair o A400M.

No menos esperada era la actuación de un avión Harrier de la Armada Española o la exhibición que con motivo de su aniversario había organizado la Guardia Civil. Por primera vez había desplazado también hasta la Axarquía un amplio despliegue de medios aéreos, marítimos y terrestres, con la presencia de un helicóptero o del CN235.

Los responsables de este festival también habían puesto anteayer el acento en la evolución desde los primeros entrenamientos de aeronaves clásicas como T34, la Beechcraft 45, el T6, la primera WingWalker española o de los diferentes aviones históricos de la fundación Infante de Orleans que se desplazaron hasta Torre del Mar. Incluso fue muy vistosa la incorporación de la aviación ligera sincronizada (Plus Ultra), de la Patrulla Reva o de pilotos acrobáticos de la talla de Jorge Macías y Luca Salvadori.

El teniente de alcalde de Torre del Mar y concejal delegado de Turismo y Playas, Jesús P. Atencia (GIPMTM), abundó en lo que representa ya una cita consolidada en el calendario veraniego de su municipio y del resto del litoral de la provincia malagueña. «La cultura aeronáutica y todo lo que mueve este tipo de turismo ha demostrado un año más que Torre del Mar es uno de sus destinos principales a nivel nacional», argumentó nada más darse por finalizada esta cuarta edición.

«Por calidad y por variedad el Festival Aéreo Internacional de Torre del Mar se ha convertido en uno de los eventos más importantes del verano de la Costa del Sol», remató uno de los impulsores en primera persona de una actividad que, a diferencia de anteriores ediciones, se ha celebrado a mediados del mes de julio. Determinados colectivos empresariales ya se habían encargado de solicitar una fecha más alejada de la temporada alta que representa el mes de agosto. En un principio, y hasta el pasado año, este festival coincidía con la operación salida del mes de julio. La intención era la de propiciar el lleno en un fin de semana que tradicionalmente era de tránsito y que, por ese motivo, reportaba peores índices de ocupación.

En cuanto a la respuesta de los propios empresarios hosteleros, la jornada de ayer volvió a resultar de éxito rotundo en cuanto a afluencia. Las playas mostraron su mejor aspecto de todo el año, con apenas espacio bajo el paseo marítimo en casi dos kilómetros longitudinales. No obstante, los propios portavoces empresariales remarcan que el balance definitivo se tendrá que cerrar en los próximos días.

En cualquier caso, con más de 20 aeronaves participantes, debido a que se ha rebajado el presupuesto respecto a anteriores ediciones (en las que concurrieron el doble de aviones), el festival habría cumplido las expectativas. No hubo esta vez sesiones nocturnas, pero las playas de Torre del Mar volvieron a ser su «mejor tarjeta de visita», según Atencia.