Análisis realizados por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y desarrollo sostenible en los últimos días han permitido reabrir el caladero situado entre el término de Vélez-Málaga y la capital costasoleña para la pesca de la concha fina y la coquina. así lo han confirmado los propios marisqueros, «aliviados después de una semana de incertidumbre».Y es que las 80 familias que directamente dependen de las 38 embarcaciones de este arte de pesca tienen puestas sus miras en estas fechas para poder lograr buena parte de la facturación anual.

El cierre dictado por la Junta de Andalucía la pasada semana partió de la presencia de bacterias fecales, por encima de los niveles que permite la legislación comunitaria en concreto, se detectaron índices incompatibles con la labor de los marisqueros de la temida bacteriae-coli, cuya ingesta puede hasta resultar mortal para los humanos. No obstante, los propios portavoces del sector remarcaron que los análisis se realizan al menos una vez por semana y en los sucesivos días, después de un primer positivo, el pasado martes, se han repetido los controles con índices muy por debajo del que generó el cierre preventivo.

La consejera Carmen Crespo subrayó la necesidad de controlar la seguridad alimentaria cuando se localizan episodios puntuales con la afectación por bacterias en entornos donde se pescan moluscos.

Desde ayer todas las zonas de pesca de la provincia están abiertas y los pescadores rezan para que no se vivan periodos como el del pasado verano, con un gran número de cierres y la consiguiente ruina económica para las familias que dependende este sector.

Los meses de julio y agosto son especialmente productivos, respecto a los altos precios que genera la alta demanda de determinadas especies en la Costa del Sol. En este sentido, los armadores que en la provincia mantienen operativa una flota de casi 38 marisqueros remarcan la necesidad de establecer sanciones para los organismos que no gestionan adecuadamente sus residuos. Consideran que controlarlos vertidos entierra es fundamental «para no poner en riesgo la precaria economía de la pesca en Málaga».