Admirar pinturas universales de la talla del Guernica de Picasso o El Jardín de las Delicias del Bosco, plasmadas en cantos rodados recogidos a lo largo de décadas en las playas de Torrox y El Morche, está al alcance de sólo unos pocos. Pero entre los más fieles seguidores del miniaturista Ángel Ruiz Almansa figuran personalidades de la Casa Real como el rey emérito Juan Carlos I. Del monarca partió un encargo tan especial como la reproducción de todos sus nietos, además de las imágenes de los actuales reyes, Felipe VI y la reina Leticia.

Para este pintor autodidacta, a sus 73 años de edad, pocos retos le quedan por alcanzar. Sin embargo, desde que se afincó este pasado año en la localidad axárquica de Torre del Mar trata de cerrar un acuerdo con municipios turísticos como Mijas o Nerja, incluso sería posible que el Ayuntamiento de la capital malagueña se adelantara a las otras sedes potenciales, para la donación de 180 miniaturas destinadas a un museo permanente.

«Es hora de que mis obras, después de haber recorrido una infinidad de ciudades y de salas de exposiciones, puedan ser admiradas en un lugar determinado, sin itinerancia. Consideran los críticos que mi labor es única en Europa y lo que digo tendría sentido porque ya me han demostrado en 20 años, miles y miles de personas, que he completado una antología absolutamente diferente», relata el artista manchego natural de Bolaños de Calatrava.

Recuerda que para alguno de los trabajos en cuestión -algunos reducidos a apenas seis centímetros de longitud- ha necesitado alrededor de 120 horas de trabajo. Lo que empezó como una afición, más allá de su labor como responsable de una agencia publicitaria creada por él mismo y que durante décadas fue un referente para Telefónica, con el paso de los años se convirtió en una nueva forma de invertir cualquier rato libre.

Presume, sobre todo, de que a las aproximadamente 120 réplicas a escala de pinturas muy famosas, de todos los tiempos, hay que unirles una colección completa de monarcas y de presidentes desde los Reyes Católicos hasta Felipe VI. Es sin lugar a dudas uno de sus trabajos más completos, «porque no me he dejado a ningún rey o dirigente nacional atrás. Están todos», manifiesta orgulloso.

«Es un honor que te digan que tu obra sea considerada como la única en Europa con estas características. De ahí que estoy dispuesto a donarla a Málaga o a algún municipio de los que más visitantes reciben», insiste.

Su afición por la pintura y el diseño se iniciaron cuando aún era un niño. Pero como publicista se labró un futuro profesional desde los 28 años. Después de un cuarto de siglo en el que atendió encargos históricos «como la promoción de los primeros teléfonos móviles en España», ahora ha decidido retirarse en la comarca de la Axarquía, más concretamente en una localidad como Torre del Mar, desde la que divisa El Morche o Nerja, así como la pintoresca cornisa de la comarca oriental, Cómpeta.

Atesora cientos de exposiciones, de minutos de televisión para mostrar las distinas muestras que inauguraba periódicamente en la capital de España o de galardones a su trayectoria. «Empecé trabajando las miniaturas en lienzo. Al poco tiempo ya me decanté por la piedra, por sus características», insiste. Ya en sus últimos tiempos le empezó a rondar la idea de retirarse en alguna provincia costera y se dirigió ala Costa del Sol, «porque actualmente se ha convertido en una zona muy cultural», señala.

Atrás quedan los tiempos en los que cualquier pintor a su edad se decidía por la entonces capital de la cultura andaluza, como ha sido tradicionalmente Granada. Probó incluso con buscar residencia en la provincia de Cádiz, pero la magia de la zona más oriental del litoral malagueño terminó por atraparlo. La guinda a ese enamoramiento cultural, afirma, lo representaría su «museo estable».