El aguacate malagueño está mucho más cerca del origen protegido que reclama desde hace años y que podría situar en los mercados internacionales sus excepcionales características nutricionales y de maduración. Así lo ha adelantado ya la Junta de Andalucía, tras una reciente reunión con representantes de la Asociación Española de Productores de Frutas Tropicales, que reúne a casi medio millar de agricultores y cuya sede está en Vélez-Málaga.

Precisamente entidades privadas especializadas en la comercialización fuera de España del aguacate costasoleño, como es el caso de la empresa veleña Reyes Gutiérrez, o cooperativas de la talla de la también axárquica Trops reivindicaban a finales de la pasada primavera la necesidad de establecer una denominación de origen para unas frutas subtropicales que, por ser de Andalucía, están a la vanguardia en calidad. «Se nos conoce en todo el planeta por las características únicas que poseen nuestras frutas», relataba el gerente de Trops, Enrique Colilles, en presencia de la familia Reyes Gutiérrez.

Lograr la Indicación Geográfica Protegida (IGP) no sólo para aguacates, sino que también para mangos, es uno de los principales retos del sector junto a la mejora de los recursos hídricos, principalmente con la apertura de trasvases que garanticen el suministro en épocas de sequía (2017 estuvo marcado por la restricción de caudal para estos árboles desde Semana Santa hasta finales de año).

El presidente del colectivo nacional de productores de subtropicales, Javier Braun, relataba recientemente: «Tenemos como objetivo la posibilidad de darle un valor añadido al aguacate y mango español frente al que llega desde otros orígenes, de forma que el consumidor nacional y europeo sepa cuáles son los frutos tropicales de Málaga o Granada y que, mediante esa protección institucional, no se vendan mezclados con los de otros países».

Las exportaciones andaluzas en el sector agroalimentario son desde hace años ejemplo en Europa. Y de las mismas, con ese constante crecimiento, el aguacate es el rey por el interés exponencial que genera en el consumidor europeo y, a cierta distancia, en el español. De hecho, Andalucía facturó en 2018 un total de 259 millones de euros sólo en la comercialización de aguacates fuera de España.

El crecimiento de esta fruta, en términos de exportaciones, ha conseguido triplicar en una década esa facturación anual. Le sigue el mango, con guayabas y mangostanes, con una facturación el pasado año que se fijó en 63 millones de euros en exportaciones. Este dato multiplica por seis el de 2009.

Y si nos fijamos en otros subtropicales, la tercera fruta es el caqui, en cuanto a exportaciones, pero lejos de los números de aguacates y mangos. Porque en este caso la cifra se reduce a 15 millones de euros.

Si atendemos a la demanda por países de las frutas subtropicales de origen andaluz, Francia lidera la cuota de consumo con 144 millones de euros en importaciones durante el año pasado. En este caso se triplica también la cifra de hace ya una década. Alemania es el segundo gran consumidor de las mismas, con unos 50 millones de euros y un crecimiento por seis respecto a 2009. Le siguen los Países Bajos, con 36 millones.

Llama la atención que aún siendo un país con cada vez más peso como productor, Portugal ocupe el cuarto lugar de la lista, con hasta 31 millones de euros facturados durante 2008, seis veces más que al inicio de esta década.

El modelo del plátano canario y su enorme difusión

La Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan) sirve de ejemplo del buen hacer en el camino que ahora emprende el aguacate y el mango malagueño hasta conseguir ser incluidos en el listado de productos con Indicaciones Geográficas Protegidas (IGPs). No obstante, en tierras canarias ya se empieza a dar un nuevo paso y, como en el caso de los vinos malagueños, se persigue la obtención de la Denominación de Origen Protegida. Es la base a la que, como insisten los técnicos consultados, debe seguir una importante labor de difusión que consiga situar en el mercado «las ventajas nutricionales y de optimización de la maduración» que posee la fruta con indicación geográfica protegida