La investigación sólo ha podido precisar que su novio la habría golpeado con un palo entre las 19.00 y 22.40 horas del 12 de junio y que luego la habría trasladado en su vehículo "bien para ocultarla porque ya la había matado en el domicilio, bien para matarla y ocultarla"

Fran Extremera. Arenas. La Guardia Civil continúa con la búsqueda incansable de cualquier pista que pueda dar con el paradero de Dana Leonte, desaparecida desde el pasado 12 de junio. Pero de las diligencias que el pasado sábado determinaron el ingreso en prisión de su novio por un presunto delito de homicidio pueden desprenderse pistas sobre el lugar donde pudo haber fallecido.

En el auto de la jueza al que ha tenido acceso este periódico se especifica que el novio de la joven rumana la habría golpeado con un palo entre las 19.00 y 22.40 horas del 12 de julio y que luego la habría trasladado en su propio vehículo, un todoterreno de gran cilindrada, "bien para ocultarla porque ya la había matado en el domicilio, bien para matarla y ocultarla". Agregan que después de haber recibido el mencionado golpe, Dana quedó "inconsciente o malherida" y que habría sido envuelta en un edredón para arrastrarla escaleras abajo.

Durante tres meses apenas hubo avances en la búsqueda de Dana. Pero el 21 de septiembre, en una vivienda rural denominada Casa Córdoba, un perro halló "un fémur con restos blandos y con una fractura en su parte inferior". Los restos orgánicos y las características de estos restos óseos permitieron determinar que correspondían con la propia desaparecida. No obstante, la clave para saber lo que pudo ocurrir la tarde del 12 de junio están en los móviles de la pareja, que según la empareja del detenido, I.A.F., "usaban indistintamente" porque ambos se sabían el pon y el patrón de ambos teléfonos.

Así los investigadores se centraron en los mensajes que supuestamente fueron utilizados "como coartada" para que el novio le dijese a la policía que él se encontraba en Vélez-Málaga a partir de las 19.53 horas (desde ese instante están registrados esos textos). La Guardia Civil tiene pruebas de que ambos móviles se encontraban sin embargo en el mismo área, en la propia localidad de Arenas, con lo que así se desmontó inicialmente esa justificación. Además, Dana no solía cometer "faltas de ortografía, ni acortaba las palabras", de manera que las sospechas se incrementaron sobre la autoría por parte de él de los mensajes.

Uno y otro teléfono "se encienden y se apagan prácticamente al mismo tiempo, con escasos minutos de diferencia entre ellos, y el móvil de Dana se desconecta a las 22.35 horas". En ese momento, el novio recoge a la pequeña Lucía, que estaba con una cuidadora. El trabajo que los agentes desarrollan desde el pasado 21 de septiembre se centra en intentar localizar cualquier nuevo resto de Dana en un radio de al menos 5,7 kilómetros desde el domicilio familiar. Argumentan que el principal sospechoso por la desaparición de la joven pudo haberse desplazado en su vehículo durante algo más de 20 minutos, hasta el lugar donde apareció el fémur.

Otro aspecto que se destaca en el procedimiento judicial es que el novio de Dana apagaba su móvil cada noche. Sin embargo, apenas tres días después de la desaparición, entre los días 15 y 16 de junio, lo encendió justo "en la zona que marca el repetidor" en la que fue hallado el hueso. Las continuas contradicciones en las que, a juicio de la Guardia Civil, incurre el detenido o "el fuerte olor a productos de limpieza", en concreto lejía y aguarrás, que se apreció en un primer registro del domicilio, conducen a situarlo como posible responsable de la desaparición.