Treinta trasteros vendidos a 1.800 euros. Ese es el balance de la operación de venta iniciada por la administración concursal a cargo del edificio El Parador de Añoreta, incluido en el proceso de liquidación de Aifos desde hace diez años. Hasta ahí podría ser un movimiento normal para obtener liquidez en estos casos. Pero hay un pequeño problema. Esos trasteros tienen ya dueño y están ocupados por los propietarios de las viviendas a las que están vinculados.

Éste ha sido el último episodio de un cuento de terror para el centenar de propietarios de estas viviendas de Aifos. Abandonados durante años, sin administrador, con muchos de los vecinos dando por perdido el dinero y la vivienda, y, ahora, con sus trasteros vendidos sin previo aviso. La situación ha sido la gota que ha colmado el vaso para estos vecinos. Daniel González, presidente de la comunidad de vecinos, se muestra muy crítico con la actuación de Price Waterhouse, responsable de la administración concursal del edificio y a la que acusa de no haber hecho nada por buscar soluciones.

"Como no pueden vender los pisos porque están sujetos a contratos de compra-venta en vigor y con unas cargas hipotecarias por encima del precio de venta han puesto a la venta los trasteros y las plazas de garaje", señala el presidente de esta comunidad de vecinos, que asegura que no revisaron cuáles están vinculados a viviendas y tienen propietarios, ya que están asignados a una vivienda por contrato. El resultado es que hay 30 personas que han pagado 1.800 euros, además de los gastos de notaría y el IVA, por unos trasteros que pertenecen a otra persona. "Es una barbaridad, y esto, o se resuelve o van a terminar con una demanda por doble venta, pidiendo la nulidad de la venta y responsabilidades civiles y penales", señala Daniel González.

No obstante, el presidente de los vecinos de El Parador de Añoreta subraya que la administración concursal "ha reconocido el error y retiraron de la página web la oferta de los trasteros y plazas de garaje". Además, se han comprometido a revisar los contratos para comprobar qué trasteros están libres, algo que "deberían haber hecho antes de ponerlos a la venta". "Ha sido una chapuza", sentencia el presidente de la comunidad de vecinos, al tiempo que afirma: "Al final han metido en problemas a gente que era ajena a esto y, aunque les devuelvan el dinero de la compra, hay que ver qué pasa con el pago del IVA y a la notaría", concluye Daniel González.

Problema de largo plazo

La venta de los trasteros ha puesto sobre la mesa también la situación de abandono que padecen estos vecinos. El juzgado número 1 de lo Mercantil lleva el proceso a Aifos y el concurso de acreedores. Sin embargo, la saturación de este juzgado está ralentizando la toma de soluciones para estos vecinos, algunos de los cuales llevan más de veinte años pendientes de una salida a esta promoción.

La administración concursal de Price Waterhouse no ha mejorado la situación, como insisten los propietarios de las viviendas. Apenas se han tomado decisiones ni se han pagado impuestos. Se debe el IBI, más de 300.000 euros en cuotas de comunidad, han sido los propios vecinos los que han tapiado o soldado ventanas y puertas de las viviendas vacías, se encargan del mantenimiento o tapiado los locales comerciales vacíos, para evitar que se vandalicen.