El Juzgado de lo Penal número 9 de Málaga, encargado del juicio por la muerte de Julen, el niño de dos años que murió al caer a un pozo en Totalán, ha rechazado los careos que había pedido el dueño de la finca, único imputado por homicidio imprudente grave.

El magistrado ha denegado un careo entre el procesado, David Serrano, y el padre del pequeño así como otros dos, entre el pocero y su ayudante, y entre el imputado y el empresario que ejecutó el pozo, al no considerarlo "pertinente ni necesaria dicha diligencia de prueba", según el auto, al que ha tenido acceso Efe.

El abogado de David Serrano lleva pidiendo dichos careos desde el inicio de la instrucción para que se investiguen todas las contradicciones que han podido incurrir, a su entender, tanto el padre de Julen como el pocero durante sus declaraciones.

El juez mantiene en su escrito que dichos careos "a todas luces" son innecesarios y recuerda que ya ha admitido numerosa prueba testifical que "suple con ventaja la eventual práctica de la diligencia cuestionada".

En otro escrito judicial, al que ha tenido acceso Efe, el magistrado explica que este caso tiene "carácter prioritario al tratarse de una causa preferente por la naturaleza de los hechos" e indica que las sesiones del juicio serán a las 10.00 horas del 21 al 24 de enero y el 28 y 30 del mismo mes.

Además se pide a la defensa que en el caso de tener intención de querer llegar a una posible conformidad con la acusación con anterioridad al juicio deberá ponerlo en conocimiento al juzgado "con la mayor antelación posible", por si hubiera que poner una nueva fecha o desconvocar la ya puesta si hubiera una sentencia de conformidad.

David Serrano se enfrenta a una petición fiscal de tres años de prisión por un delito de homicidio por imprudencia grave, aunque los padres elevan a tres años y seis meses su petición al apuntar a una negligencia "extremadamente grave".

La defensa ha pedido la libre absolución, ya que considera que a su juicio no existe delito ni imputabilidad y mantiene que era imposible haber previsto el riesgo de que Julen se desplazara por un agujero tan pequeño y que tampoco hubo negligencia porque avisó a los padres "varias veces".

Julen cayó al pozo el 13 de enero de 2018 después de que el acusado acudiera en compañía de su pareja y su hija menor y de los padres de Julen y el pequeño a esa parcela con la intención de hacer un arroz y pasar el día en el campo.

Para el fiscal, Serrano era el único conocedor de la presencia del pozo y "a sabiendas de todo ello y de la falta de protección suficiente y adecuada, no adoptó medida alguna para evitar cualquier posible resultado lesivo, poniendo en peligro la vida de los dos menores".

El fiscal mantiene que los padres de Julen y la pareja del acusado "desconocían" que estaban preparando la comida a "diecisiete metros de distancia de un pozo sin tapar".

Las operaciones de rescate precisaron de la intervención y despliegue de un gran número de personas, de bomberos, numerosos expertos, empresas especializadas, equipos de salvamento minero y grupos de montaña que despertaron la atención mundial.

El pequeño fue rescatado sin vida el 26 de enero.