Tras más de dos meses de confinamiento, Ismael Fernández y su burra Baldomera se volvieron a encontrar, y el mundo entero se ha convertido en testigo de ese momento tan emotivo a través de un vídeo que se ha hecho viral. Tal fue el éxito que el animal tuvo que contratar a un abogado: «Es la clienta más cumplidora que he tenido tanto en el pago como en sus obligaciones con Hacienda. Que nadie piense que Baldomera va a evadir los impuestos», asegura su representante, Javier García León.

A diferencia de otros contenidos virales, Baldomera todavía no ha caído en el olvido, ni parece que vaya a hacerlo. Después de más de un mes desde su publicación, el vídeo del reencuentro entre la burra y su dueño sigue acumulando visualizaciones. Ha alcanzado a miles de personas en todo el mundo, y diferentes empresas pugnan por hacerse con los derechos de imagen. De momento, Baldomera posee un contrato con Caters Media Group, pero se está renegociando el traspaso de los derechos con el conglomerado del magnate Rupert Murdoch. El abogado García León sostiene: «Si Caters no hace nada atractivo en los próximos tres meses, pasaremos automáticamente los derechos al grupo de Murdoch» .

Javier García explica que se encarga de preservar el derecho de propiedad intelectual de creación del vídeo y cualquier obra derivada del mismo tanto a nivel nacional como mundial, pero que las cuestiones comerciales de fuera de España las gestiona Caters Media Group. «Es similar al caso de un futbolista, la única diferencia es que Baldomera, al ser un animal, no tiene derechos de imagen», señala. En concreto, García León lleva a cabo la mediación directa con las empresas españolas, mientras que la agencia internacional se encarga de realizar los trámites en el extranjero.

«Nos hemos decantado por Caters Media porque eran los que tenían experiencia en cuestiones virales con animales», detalla el abogado de Baldomera. El contrato con la agencia posee una vigencia inicial de un año, pero si no se obtienen resultados es posible rescindirlo. Con la oferta de Rupert Murdoch sobre la mesa, solo queda esperar para descubrir qué le reserva el futuro a la burra más famosa de internet. «Baldomera se va a enterar antes que nosotros», bromea Javier García.

Baldomera ya era famosa

Ismael Fernández ansiaba reencontrarse con su burra Baldomera. Tanto que al empezar la fase 1 se levantó a las cinco de la mañana y, sin despedirse de su novio, se desplazó de su piso en el centro de Málaga hasta la casa en el campo de El Borge. Al ver a Baldomera tras los meses de confinamiento, sacó el móvil para eternizar el momento: «No era la primera vez que hacía un vídeo de mi burra. Los del pueblo ya la conocían. Una amiga mía incluso comentó en la publicación: Ismael y Baldomera ya eran famosos, pero el mundo no lo sabía».

El dueño no esperaba que el vídeo tuviera tal repercusión, porque era algo que hacía de forma habitual. «Lo publiqué en privado en Facebook, hasta que una amiga me pidió que lo pusiera en público, y fue entonces cuando explotó», relata.

El pasado 25 de mayo, Baldomera cumplió dos años como miembro de la familia. Ismael cuenta cómo la burra se convirtió en mascota: «Antes vivíamos en el pueblo, pero hace 20 años nos mudamos a Torremolinos, donde mi padre empezó a trabajar de taxista. Sin embargo, él siempre decía que su sueño era comprarse una burra y volver al campo cuando se jubilara, y llegado ese día mi hermano y yo no podríamos hacerle otro regalo que no fuera Baldomera».

La fama no se le ha subido a la cabeza, y Baldomera continúa ajena a todo y disfrutando de su terreno de 2.000 metros cuadrados, aunque su dueño cuenta que ella siempre ha sido una burra exigente y que sigue reclamando mucha atención, besos y caricias. «Trabajo para Baldomera. Soy su manager, su cuidador y su alimentador. Todos los días me levanto a las siete de la mañana a prepararle el desayuno. Es la primera en desayunar», narra Ismael.

El también periodista confiesa que todavía no ha recibido ningún beneficio a nivel económico, pero que hay muchos proyectos sobre la mesa: «He firmado para la producción de un documental en una cadena de televisión internacional. Ya están editándolo, pero todavía no han dicho fecha. Es lo único que puedo decir».

En todas las transacciones hay una condición esencial: «Lo repito casi como un eslogan. Baldomera no se vende ni se toca. ¿A que nadie vendería a un familiar? Pues con Baldomera igual. Forma parte de la familia», zanja Ismael.