Entrevista | Rafael Yus Miembro del Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía y Ecologistas en Acción

«Seguimos construyendo viviendas en zonas inundables»

Rafael Yus analiza, junto con José María Senciales, los principales riesgos y desastres naturales que se han producido en la Axarquía desde el siglo XV hasta la actualidad en una nueva publicación formada por dos tomos - Insiste en la necesidad de difusión por parte de las administraciones de los sistemas de alerta entre la población para que se sepa cómo actuar en caso de una catástrofe natural

Rafael Yus con los dos tomos en las manos. | L.O.

Rafael Yus con los dos tomos en las manos. | L.O. / Celia paredes. Vélez-málaga

Celia Paredes

Vélez Málaga

‘Riesgos y desastres naturales en la Axarquía’. Este es el título que da nombre a la investigación realizada por Rafael Yus y José María Senciales sobre las catástrofes acontecidas desde tiempos inmemoriales hasta la actualidad en el territorio histórico de Vélez Málaga, que ahora denominamos Axarquía. Un análisis dividido en dos tomos diferenciados entre riesgos biológicos y riesgos geológicos basados en los registros historiográficos de las actas capitulares de la ciudad.

¿Qué desastres biológicos ha sufrido la Axarquía?

Hablamos de la peste negra, del vómito negro, del cólera morbo, la malaria, enfermedades de ganado, plagas forestales y agrícolas. Aunque eran fenómenos que se daban en todas partes, nunca se habían estudiado de manera exhaustiva en la Axarquía.

¿Cómo se originaban?

Muchas de ellas tenían su origen en los puertos, donde paraban barcos que podían traer enfermedades y epidemias.

¿Alguna destacable?

Una de las más frecuentes era la plaga de la langosta que asolaba el campo prácticamente todas las primaveras. No había forma de lucha alguna contra ella, por lo que muchos agricultores acudían al Ayuntamiento de Vélez-Málaga en busca de soluciones. Lo que se hizo fue poner precio a la recogida de canutos, estuche donde las langostas ponían los huevos y que enterraban bajo tierra.

¿Esto acabó con las plagas?

Para nada. Parece ser que la langosta ponía los huevos en zonas no aptas para agricultura, por lo que no paraban de reproducirse. Al final se recurría a la intervención divina, ya que se achacaba a un castigo de Dios. En este caso fue la Virgen de los Remedios, que se procesionaba en un acto de rezos y expiación de pecados. Pero esto tampoco lo resolvió. De igual forma se actuaba con la sequía o las inundaciones.

Esta era la forma de actuar de la época.

Sí, ya que no había conocimiento médico ni científico. Se actuaba como se podía, ya que no se disponían de más herramientas.

También han analizado los riesgos geológicos.

Sí, como los incendios forestales, de los que ha habido muchos. Luego otros como la sequía, el cambio climático, la ola de frío, tempestades, ciclones, tornados, inundaciones o desbordamientos. Fenómenos relacionados con la gravedad, como desprendimientos. En Periana, por ejemplo, son muy frecuentes las coladas de barro. Y fenómenos geológicos internos como los terremotos. El seísmo más maligno de aquí fue en 1984 con epicentro en Zafarraya que causó destrozos enormes en Periana, Gaucín, Canillas de Aceituno y Vélez-Málaga.

¿Qué riesgos acechan a la Axarquía?

Recientemente hemos sufrido episodios de calima, fenómenos costeros como los temporales marítimos, alguna inundación e incendios. Por supuesto muchos desastres siguen y se seguirán produciendo.

¿Hemos aprendido algo del pasado?

En la actualidad disponemos de un mejor conocimiento de todo y podemos atajar mejor los problemas. Sin embargo, todo no se puede prever, pero sí prevenir, y en eso tenemos que trabajar.

¿Se siguen haciendo cosas mal?

Sí. Estamos en una doble situación, conocemos mucho mejor las causas de los desastres naturales pero en muchos aspectos, seguimos actuando de forma cortoplacista, como si eso no nos fuera a afectar a nosotros. Por ejemplo, tenemos la mala costumbre de construir las viviendas en zonas donde se producen inundaciones con frecuencia, o no construimos bien los sistemas de desagües de la ciudades. Por ejemplo, en las ciudades atravesadas por un río, creemos que es suficiente con poner un tubo. Esto ocurre en Rincón de la Victoria.

¿No estamos preparados?

En general, no. No solo es problema de la sociedad civil, sino también de la parte política. Como estas cuestiones ocurren muy de tarde en tarde, pasan a un segundo plano. Esto hace que la población no esté lo suficientemente informada sobre qué tipo de ruta debe seguir ante un desastre natural.

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