Subtropicales

La sequía genera mermas del 60% en el aguacate y exigen una desaladora para paliarla

La recuperación de los precios después de la incertidumbre generada la pasada primavera no compensa estas pérdidas

Fran Extremera

Fran Extremera

Una desaladora que compense las pérdidas acumuladas por la pertinaz sequía que padece la comarca de la Axarquía. Los productores de aguacates lo tienen claro, «usar aguas regeneradas no es solución a medio y largo plazo».

La petición parte de una campaña del aguacate que se va a saldar con mermas en kilogramos de hasta el 60%. De nada sirve que los precios hayan subido algunas decenas de céntimos respecto al cierre de la anterior temporada, durante la pasada primavera.

El gerente de la cooperativa Trops, Enrique Colilles, recoge la opinión de muchos de los alrededor de 3.000 asociados que recogen aguacates y mangos bajo dicha firma. «Hay mucha incertidumbre y ya es el segundo año que padecemos pérdidas muy significativas, respecto a anteriores ejercicios», expresa.

Trops tiene su sede principal en Vélez-Málaga, pero posee instalaciones en otras zonas como el Valle del Guadalhorce o la Costa Tropical granadina. Además, en los últimos años ha agregado divisiones en tierras alicantinas o en distintas zonas meridionales de Portugal. En este momento, el kilo de aguacate se paga en origen a unos 2,50 euros, cuando a finales de la anterior campaña llegó a situarse por debajo de los 2 euros.

En este momento se observan con cierto escepticismo las obras que la Junta de Andalucía ejecuta de manera urgente en la EDAR del Peñón del Cuervo, cuyo fin es el de poder aumentar el caudal de agua regenerada que se aporte al sistema hídrico del embalse de La Viñuela.

Hace justo un año se presentaba a través de estas mismas páginas el modelo de desaladora sostenible que desarrolla en el ámbito de la Universidad de Málaga el Instituto de Domótica y Eficiencia Energética (IDEE).

Dicha iniciativa tuvo audiencia en el Senado, a modo de desaladora «provista de paneles solares flotantes, que podría hacer frente en un futuro a periodos de sequía como el que actualmente sufre la provincia malagueña». Dos de los investigadores inmersos en este proyecto, Salvador Merino y Francisco Guzmán, trasladaron a la opinión pública detalles de una iniciativa que la Junta de Andalucía también tiene desde entonces sobre la mesa.

Para los responsables del IDEE la problemática va más allá del déficit que soporta La Viñuela a la hora de abastecer al regadío intensivo de la comarca oriental, los más de 250.000 habitantes de esta parte de la provincia «se disparan en temporada estival en núcleos costeros como Nerja, Torrox-Costa, El Morche, Algarrobo, Torre del Mar o Rincón». Y son esas necesidades para el abastecimiento humano «las que también hacen necesaria una desaladora».

En sede parlamentaria, la falta de agua en plena sequía debe hacer ver distintas perspectivas globales que afectan al campo axárquico. Así se apuesta por «una planificación de los cultivos». De hecho se ponen como ejemplo ciertas zonas del Levante español donde para poder implantar explotaciones de regadío se debe obtener un permiso previo, de manera que quede demostrada la viabilidad hídrica de la finca, con distintas certificaciones.

El sector de los subtropicales está considerado por las autoridades como estratégico para Málaga y el resto de Andalucía, al superar una facturación anual de 300 millones de euros. De hecho, en plena pandemia, aguacates y mangos representaron un «balón de oxígeno para miles de familias residentes en su mayoría en la comarca de la Axarquía». No obstante, los portavoces de los productores consideran que tampoco debe hablarse de «nuevo oro verde», porque el cambio climático complica la posibilidad de volver a los rendimientos de la pasada década.

Recordemos que la Junta conectaba hace unos meses dos de los pozos nerjeños del río Chíllar con el propio sistema hídrico que se nutre del embalse de la Viñuela. Y que a principios del pasado año, la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta hacía entrega a la Junta Central de Usuarios del Sur del Guaro de más de 5 hectómetros cúbicos anuales de «aguas regeneradas» para apoyar la demanda de unas 2.700 hectáreas de cultivos.

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