Comienzan las pretemporadas de los equipos de Primera División y, continuando con la tónica de las últimas temporadas, el mercado de fichajes se presenta más bien plano. Solo las llegadas de Neymar al Barcelona (57 millones) e Isco al Madrid (27 millones) , además de la de Beñat al Athletic (8 millones), han sacudido el panel económico de incorporaciones de la Liga. La gran mayorÃa de caras nuevas en los clubes se produce gracias a la carta de libertad o con el abono de traspasos por unas cuantÃas que hace solo hace cinco años se consideraban casi irrisorias. SÃntoma de los tiempos que corren en el precarizado -en términos financieros- fútbol español.
El Gobierno ha presentado dÃas atrás el Plan de Sostenibilidad del fútbol español, que pretende reducir la deuda de los clubes profesionales españoles de los 4.000 millones actuales a 3.000 en los próximos tres años. De esa deuda, más de 600 millones se deben a Hacienda. El presidente del Consejo Superior de Deportes, Miguel Cardenal, subrayó que la reducción de la deuda deberá venir por la rebaja presupuestaria, los traspasos de futbolistas al extranjero y la entrada de capital extranjero a través de fondos de inversión.
La publicación del informe, exhaustivo, es un nuevo toque de atención a los clubes para que vigilen sus cuentas y no cometan locuras que a la larga condenen sus balances económicos. Con Barcelona y Real Madrid a lo suyo, la prioridad ahora es reforzar el control sobre el resto de entidades. Claro que si la deuda acumulada en ArÃstides Maillol y Concha Espina es "asumible", según Cardenal, lo es también (y no únicamente) por el desigual reparto de los derechos televisivos. En definitiva, la distancia entre clases en el fútbol español amenaza con ensancharse.