<div> <div> <div> <div> <div></div> </div> </div> </div> </div> <div> <div> <p><strong>Recomendaciones aparentemente sencillas como utilizar zapatillas cerradas, que la bata no tenga un cinturón colgando, usar lámparas de noche o emplear agarraderos en el baño</strong> pueden resultar clave para evitar accidentes tanto en el propio centro sanitario como en el hogar, cuando el enfermo es dado de alta tras un ingreso hospitalario. Así lo han detectado en muchos estudios gerontológicos y por eso en algunos centros sanitarios del país ya están tomando medidas.</p> <p>El complejo hospitalario asturiano Valle del Nalón es de los que, antes de la pandemia, inició una <strong>dinámica de trabajo con los pacientes mayores que incluyó una guía con una parte aplicable también en el ámbito doméstico.</strong> Guía por la que recibió una acreditación de excelencia en cuidados otorgada por el Instituto de Salud Carlos III. Los datos avalan la experiencia. Desde la puesta en marcha del protocolo, en el año 2015, las caídas de los pacientes de la unidad de Medicina Interna (la primera en impulsar el programa) se redujeron un 65 por ciento.</p> <p><strong>Julio Díaz</strong> es natural de Ciaño fue <strong>uno de los pacientes identificados con riesgo de caídas, ya que sufrió una en su propio domicilio.</strong> "Fue por andar con prisa, por levantarme pronto de la cama. Aquí te dan consejos para el tiempo que pasas hospitalizado, pero también para cuando vuelves a casa. Son pautas sencillas que a mí, personalmente, me han resultado útiles".</p> </div> </div> <div> <div> <p>Los consejos para esas personas con riesgo de caerse son quitar las alfombras y felpudos o fijarlos bien al suelo; no usar abrillantadores resbaladizos; utilizar bandas antideslizantes y pasamanos en las escaleras; colocar asideros en la ducha; mantener la casa bien iluminada, con lámparas nocturnas en pasillos y baños; tener dispositivos de alerta o un móvil cerca si se vive solo; y usar zapatillas cerradas. Esta última es la recomendación más difícil de seguir, tanto en casa como en el hospital.</p> </div> </div> <div> <div> <p>"Lo del calzado es una guerra porque mucha gente está acostumbrada a la zapatilla abierta, que para ellos es más cómoda. <strong>Tratamos de convencerles para utilizar una zapatilla cerrada, con suela de goma antideslizante</strong> y, a poder ser, con velcro porque a veces se les hinchan los pies", indicaba hace unos meses Teresa Prada, supervisora del área de Medicina Interna y la enfermera que se encargó de poner en marcha el programa en 2015, plasmado también en una guía práctica. La persona que ahora coordina el protocolo es otra enfermera de Medicina Interna, Begoña del Barrio. "Cuando el paciente ingresa se valora el riesgo de caída, se hace un plan de cuidados, se le entrega un tríptico informativo y se crea una alerta en el programa informático", explica Del Barrio, para añadir a continuación: "Les pedimos que nunca se levanten sin pedir ayuda, que utilicen zapatillas cerradas y que la bata no tenga cinturones colgando, que vigilen que la cama y sillas están frenados, que tengan el timbre de llamada a mano y la mesilla con sus pertenencias cerca, y que el piloto de luz nocturna esté encendido".</p> </div> </div> <div> <div> <p>"Se decidió empezar por Medicina Interna" argumenta el director de Gestión y Cuidados y Enfermería del área sanitaria VIII, Sergio Valles "porque tiene los pacientes con mayor riesgo de caer; hay más ancianos, con más patologías múltiples. <strong>Los criterios para ser identificado como paciente de riesgo es ser mayor de 65 años, oír o ver mal, haber sufrido alguna caída en un ingreso previo</strong>, tener dificultad para caminar, tomar medicación que altere el descanso nocturno o sufrir incontinencia urinaria, entre otros. Más del 80 por ciento de los pacientes de la unidad son de riesgo porque cumplen alguno de estos indicadores".</p> <p>Valles también explica que "las caídas son uno de los efectos adversos más frecuentes en los hospitales, generan una gran problemática a nivel psicológico porque el paciente coge miedo y, a nivel de organización, porque aumenta la estancia media por posibles complicaciones". "El problema" apostilla Teresa Prada es que<strong> "la persona que se cae coge miedo a moverse y eso limita su autonomía".</strong></p> </div> </div>