Yakisoba, una de las recetas japonesas más fáciles de hacer en casa

El yakisoba es un plato que los japoneses comen en la calle, pero que puedes hacer en casa con ingredientes muy sencillos

Yakisoba una de las recetas japonesas más fáciles de hacer en casa

Yakisoba una de las recetas japonesas más fáciles de hacer en casa

Seguro que alguna vez has comido fideos yakisoba de esos que vienen en un bote para echarles agua, pero lo cierto es que esta es una receta muy sencilla de reproducir en tu casa, obteniendo un sabor que no tiene nada que ver con los precocinados.

Su nombre viene de la salsa yakisoba, que puedes encontrar en cualquier hipermercado, al igual que el ingrediente principal, los fideos.

Ingredientes para dos personas

  • 150 gramos de pechuga de pollo
  • 200 gramos de noodles o fideos de trigo japoneses
  • Un pimiento verde, una cebolleta y una zanahoria
  • 1 diente de ajo (dos si quieres que tenga un sabor más fuerte)
  • Aceite de girasol (ojo, no uses de oliva porque no quieres que el aceite aporte sabor)
  • 80 ml de salsa yakisoba
  • 50 g de setas shiitake
  • Anacardos al gusto
  • Jengibre fresco

¿Cómo se prepara el plato?

Primero nos encargamos de los fideos, que ya vienen precocinados. Por eso, solo los tienes que poner en un cazo con agua hirviendo dos minutos. Los escurres y los dejas secar.

Mientras los noodles gotean un poco cortas toda la verdura en tiras finas, partes la pechuga en trozos de bocado y rallas tanto el jengibre como el ajo. No te olvides de cortar las setas (dejándolas un rato descongelar si las has comprado así), aunque también las puedes poner enteras.

Pon un poco de aceite en la sartén y cuando se caliente sofríes los fideos un par de minutos, dándoles vueltas. Pasados esos dos minutos los dejas en un lateral de la sartén para que se sigan haciendo y echas más aceite.

En ese aceite fríes el pollo y el ajo. Verás que enseguida la pechuga cambia de color, así que pones las verduras que habías cortado y el jengibre, subiendo el fuego de la cocina al máximo.

Cuando veas que las verduras se comienzan a cocinar, pero sin estar blandas, le pones las setas y la salsa, das unas vueltas, repartes los anacardos por encima y sirves el plato.