La AEMET avisa: nos espera un mes 'loco' con el clima

La Agencia Estatal de Meteorología ya ha emitido su pronóstico para febrero

Locura térmica preocupante alerta de la AEMET sobre qué nos espera este mes

Locura térmica preocupante alerta de la AEMET sobre qué nos espera este mes

Acabamos de terminar un mes de heladas, nieve y temperaturas extremas: hace unos días el joven meteorólogo Jorge Rey nos advertía que íbamos a experimentar una de las etapas más crudas del invierno, y ahora la AEMET viene a despejar qué es lo que va a ocurrir con el próximo mes de febrero que ya hemos empezado.

Según las advertencias de la Agencia Estatal de Meteorología, el mes de febrero va suponer una nueva alteración de la idea que todos tenemos sobre el invierno. La próxima semana solo va a ser la punta del iceberg de lo que nos espera durante el segundo mes del año y que ni mucho menos se parece a lo que cualquiera ha estudiado en los libros de ciencias sociales sobre meteorología.

La Agencia Estatal de Meteorología ha alertado de la llegada de un nuevo anticiclón que provocará una fuerte anomalía térmica. La principal consecuencia del nuevo anticiclón que protagonizará las semanas de febrero es que tendremos un cima muy parecido al que experimentamos durante los días de Nochebuena y Nochevieja: unas temperaturas completamente ajenas a las habituales para la estación invernal en la que nos encontramos.

Las graves consecuencias del anticiclón de febrero

Aunque el anticiclón vaticina días despejados y soleados, no es oro todo lo que brilla: las heladas seguirán siendo protagonistas de la madrugadas, lo que puede traer terribles consecuencias para las cosechas y la agricultura. Esto sumado a la ausencia de precipitaciones y el año seco que ya llevamos a nuestras espaldas puede generar un contexto realmente complicado para el sector primario: el más sensible a las alteraciones del clima.

Por otra parte, uno de los mayores perjuicios que puede traer el anticlón es la contaminación del aire: la lluvia y el viento son dos fenómenos atmosféricos clave para limpiar la polución en el entorno, y un febrero sin lluvias y un clima seco y estable puede impedir esa renovación en la calidad del aire tan necesaria.

La ausencia de lluvias y la contaminación atmosférica provocarán, probablemente, que las boinas de contaminación sobre las ciudades sean más visibles e intensas, intensificando los problemas para la salud pública derivados de la presencia de partículas.