El presidente francés, Emmanuel Macron, se trasladó este jueves al Mont Blanc para lanzar una campaña en favor del medio ambiente, que consideró que será "el combate de este siglo", una iniciativa muy criticada por la oposición, que la califica de electoralista a un mes para las municipales.

Macron anunció la creación de una Oficina Francesa de la Biodiversidad (OFB) en un emblemático lugar afectado por el cambio climático, donde el grosor de los glaciares se ha visto muy reducido en los últimos años por el calentamiento del planeta.

Situado junto al Mont Blanc, que cada año ascienden unos 20.000 alpinistas, el glaciar, conocido como el "mar de hielo", pierde 3 metros de espesor de media al año en lo que va de siglo.

"El combate de este siglo será inventar una nueva forma de vivir", dijo Macron en medio de los Alpes franceses.

En ese marco, el presidente reiteró que su Gobierno creará en los dos próximos años 20 nuevas reservas nacionales y cuatro parques naturales, con lo que el país contará con 250.000 hectáreas suplementarias protegidas.

El presidente aseguró que es preciso que la revolución ecológica se concilie con el crecimiento económico y que no suponga un freno al progreso.

En el terreno agrícola, Macron anunció una "labor histórica" para que el campo se adapte a la nueva situación, al tiempo que señaló que es preciso que se haga a nivel europeo para no crear una competencia desleal entre campesinos del continente.

El giro ecologista del presidente francés ha despertado las críticas de los ecologistas, que consideran que es una fachada electoralista de cara a las municipales, donde algunas encuestas otorgan a Los Verdes un cuarto de los votos en varias ciudades importantes, como Burdeos o Lyon.

Los ecologistas ya fueron la sorpresa en las europeas del año pasado, donde se convirtieron en la tercera fuerza más votada, tras la ultraderecha y el partido de Macron, al que las encuestas auguran un resultado modesto en las municipales.

La diputada ecologista Delphine Batho aseguró que pedirá que el acto de este jueves en el Mont Blanc sea considerado electoral y, como tal, imputado a las cuentas de campaña del partido del presidente.

Los ecologistas acusan a Macron de propiciar políticas que no se corresponden con la ambición medioambiental que precisa el país y le reprochan haber frenado la reducción de emisiones contaminantes.

Francia emite la misma cantidad de dióxido de carbono que en 2015, entorno a los 450 millones de toneladas, mientras que tendría que bajar de los 100 millones antes de 2050 para cumplir con sus compromisos.

Según una encuesta recientemente publicada, 2 de cada 3 franceses no cree sincera la voluntad ecológica de Macron.