Cuando se va a un espectáculo se va predispuesto a pasarlo bien. Reír, llorar, emocionarse o incluso aburrirse e irse cuando a uno le plazca, entran dentro del gran misterio que tiene el evento.

Las noches de carnaval en un teatro tienen ese misterio, sobre todo en preliminares. No sabes qué vas a encontrar, eres carnavalero y tu intención es divertirte y aunque sepas de antemano que mínimo dos o tres grupos te van a hacer sentir lo que venías buscando deseas que algunos de los que no conoces te sorprendan gratamente, eso es lo que te hace volver una y otra vez a sentarte en la butaca; es la magia de las preliminares.

Ir a la Rosaleda a ver al Málaga CF y animar al rival para mí sería inadmisible, pero ocurre. Vas a ver a tu equipo pero no tiene su día y el contrario te da un repaso que no te lo esperabas y te vas del estadio aplaudiendo al rival y despotricando del tuyo propio. Esto no ocurre en el carnaval; si no te termina de convencer tu agrupación aplaudes a manos llenas y animas hasta el ultimo minuto, pero luego te levantas y te vas porque la siguiente agrupación ya no es la tuya y no te interesa si va mejor o peor. ¡Ay amigo, si no la escuchas nunca lo sabrás! Y si te quedas en tu butaca, aplaudes lo justo, sin animar mucho, vaya que el jurado le quite puntos a tu agrupación y se los de a tu rival. Caso imposible, se presupone que el jurado está por encima de todo eso y solo tiene ojos para lo que ocurre en el escenario, no hay un apartado para los puntos donde ponga 'Animación del público'.

Este es el veneno del carnaval en el concurso que te hace no ser justo. Los aficionados rozamos el fanatismo, pero esto, compañeros, es una guerra perdida.

Bailar con las más fea no te hace ser peor persona y más si te hace disfrutar y reírte, será tuya para siempre ´Pa que nadie te la quite´ pero cuidado, puede que venga un ´Callehero´ innovando, arriesgando y te robe el corazón y tus sentimientos los tengas divididos y si esto ocurre? sonríe y aplaude, has encontrado lo que venías buscando.