Este año batimos récord de participación en el COAC. De tener una treintena de agrupaciones hemos pasado a tener setenta, un salto cuantitativo importante que hace que nuestro carnaval cobre importancia en toda la provincia y fuera de ella. Este salto es gracias a Rafael Acejo y su equipo de trabajo, que no dan por buenos nunca los números del año anterior e intenta superarse. Tanto en el concurso, como el carnaval de calle, cada año va a mejor, aunque en la calle quiero matizar. Que las luces y los escenarios grandes son maravillosos pero todo eso nos sobra si no nos dejan cantar hasta la hora que queramos, que la policía les quite los instrumentos a las agrupaciones o les multe por hacer ruido. ¿Hacer ruido?. La música no es ruido y menos la de carnaval, las ganas de cachondeo y divertirse es sinónimo de febrero y es la fecha que nos corresponde, si eso vuelve a ocurrir, ni es carnaval ni es . Arregla eso Rafa y abre el patronato, (así, como dato).

Pero no me quiero desviar de lo que hoy quería deciros. He escuchado en muchas ocasiones que ya es hora de que nos den el Cervantes para todas las sesiones y abandonemos el Alameda que ya se nos queda pequeño. Pues bien, si tan pequeño se nos queda, ¿por qué no se llena todos los días de preliminares? Solo se llena para ver a los grupos punteros si es que esa noche cantan dos o tres de ellos, si eso no ocurre no llenamos mas que dos cuartas partes de 579 butacas que tiene, mas frío que encerrao en la nevera de 'Los Frescos' murga de Zumaquero de hartarse de reír. Imaginaros si nos vamos al Cervantes que tiene 1.134 lindas butacas. Si hubiera una noche con grupos de menos bagaje, cuando se abriese el telón, sonarían los grillos en vez de los jaleos propios de un teatro a rebosar.

Hay que llenar todas la noches el Alameda y calentar el ambiente no solo con nuestro grupo, ahí que hacerlo para que podamos dar el salto al Cervantes y tengamos un concurso de calidad de aficionados, si eso ocurre, seguro que vendrán muchas más agrupaciones y mejor preparadas.