No seré yo quien diga lo que cada cual debe de votar. Y mucho menos a un jurado de carnaval. La libertad es aquel derecho que nos permite poder opinar, pensar y expresarnos sin ningún tipo de censura. Por eso yo, haciendo uso de esa libertad que me ha sido concedida y ya que estamos en carnaval, voy a decir lo que me dé la gana igual que tú hiciste el pasado diciembre.

La democracia permite que convivan todas las ideologías posibles y hace que un fascista pueda votar a su partido político preferido, en cuyo caso será a un partido homófobo, machista, racista, ultra-católico y populista sin remedio. Sin embargo al revés no podría ser, y me explico:

si nos gobernara un partido fascista con todas estas connotaciones, los partidos demócratas de centro o de izquierdas, no tendrían cabida en el territorio. En su ADN está tener el poder siempre, e ilegalizar a todo aquel que no piense como ellos. Si hacemos un paralelismo con política y carnaval ocurre algo muy parecido. Si mi grupo no te gusta y no piensas lo mismo, te aniquilo a comentarios. Menos mal que al igual que a muchos, nos resbala. Sino me gusta no me gusta, y punto.

En la noche de los cuchillos largos por excelencia ocurre lo mismo que al día siguiente de las elecciones. Nadie entiende cómo han conseguido llegar al poder esos partidos políticos... pero ahí están y eso es porque los han votado. Y los finalistas son los que más puntos tienen. Lo mismo pasa con las encuestas, si se equivocan las del CIS, imaginaros las encuestas carnavaleras. Esas que se realizan en el patio de butacas, en los corrillos de la calle y en el Twitter, a mil años luz de las quinielas del jurado. Y en política y carnaval también se escucha eso de: "Votos comprados, tongos, cajonazos, enchufismo, amiguismo..." Hay tantos símiles que necesitaría cuatro páginas de este periódico para contarlo.

Compañeros al igual que nos tuvimos que aguantar con la elección de Rajoy o la moción de censura de Sánchez, hay que apechugar con el fallo del jurado. En realidad es una barbaridad decir eso de apechugar, mejor lo sustituyo por DISFRUTAR. Esto es algo bueno que nos diferencia con las medidas que los españoles, y desde el pasado diciembre los andaluces, hemos tenido que aguantar por los gobiernos elegidos. Eso sí, en democracia, como democrática es la votación del jurado.

Y esta democracia y libertad carnavalera espero que no se vea en peligro por culpa de los pistoleros, que ya les veo el colmillo reluciendo en la boca porque para ellos la fiesta del carnaval es demasiado libre para que tú y yo sigamos disfrutándola.