El Palco | 2ª preliminar

Censura y autocensura

Si tienes un familiar que concursa en el COAC, ahí ya te tienes que callar. Tu valoración sobre la actuación de su grupo ya carece de toda imparcialidad

Un momento de la actuación de la comparsa 'Los Maomas sin H'

Un momento de la actuación de la comparsa 'Los Maomas sin H' / Fundación del Carnaval

Pepa López

La censura, la represión y la oscuridad. Anoche el canto a la libertad se alzaba en las gargantas de 17 animales. El Carnaval, ese medio para cantar las verdades del pueblo que a lo largo de la historia se ha visto amordazo y censurado por los poderosos. Y otras veces, para ser políticamente correcto, también se autocensurado. Reflexionando sobre esta premisa me doy cuenta de que yo también en muchas ocasiones me autocensurado, a la hora de opinar y comentar de Carnaval. Y es que, si tienes un familiar que concursa en el COAC y es un protagonista de la fiesta, ahí ya te tienes que callar. Tu valoración sobre la actuación de su grupo ya carece de toda imparcialidad. Imagínense que una madre no puede alabar las virtudes de su hijo por el simple hecho de ser su madre. Hay que callar y obviar ese análisis en tu crónica o en tu artículo. Y tras más de quince años escribiendo en esto del carnaval me sigue pareciendo una injusticia. Porque aparte del corazón yo también tengo criterio carnavalero, y no sólo se trata de comentar o simplemente dar tu opinión sobre una persona a la que quieres con toda tu alma sí, no se trata de analizar la actuación de 16 personas más, de comentar la poesía de su autor, de decir si te gusta o no su puesta en escena. Pero no, nada de eso es viable. Así que autocensura. Dejar de pasar una de las mejores actuaciones del concurso porque sabes que nadie va a leer tu escrito y va entender, que a lo mejor y sólo a lo mejor, lo has redactado desde los ojos de una periodista carnavalera y no “como la mujer de”. Y en esta cuestión en muchas ocasiones me he sentido hasta indefensa.

Puede ocurrir esto mismo cuando un integrante de una agrupación de carnaval forma parte del jurado. Ay, otro de los asuntos de los que en el Carnaval de Málaga no se puede hablar. La conformación del jurado edición tras edición ha sido objeto de polémica. Una polémica que no pasa de los corrillos en la calle, porque a la hora de decir algo en público, ahí nadie dice “ní mú”. Autocensura de nuevo, vamos a cerrar la boca no vaya a ser que nos perjudique. Todos los carnavaleros en algún momento hemos pensado que fulanito o menganito va a propiciar que su compañero de grupo se lleve el primero estando ese año conformando el tribunal que dicta sentencia. Eso es así. Pero claro, también puede pasar lo mismo que he comentado unas líneas más arriba, que por el hecho de que parte de tu corazón este en el escenario no quiere decir que no puedas valorar una comparsa, una murga, un cuarteto… con el mismo criterio que cualquier otro. Independientemente del son al que lata tu corazón. Independientemente de lo que quieras a ese que puntea, que canta o que toca el bombo. Si te han puesto ahí, como parte del jurado o como crítica carnavalera, es porque tienes un criterio propio y unas cualidades carnavaleras que te pueden permitir hacer una valoración o dar una opinión. ¡Ay!

¡Qué fácil es escribir esto y qué difícil a la vez! Los carnavaleros nos movemos por la pasión y es tanto el amor que es muy complicado separar tus emociones de tu pluma, y por eso y por ser honesta me he autocensurado en muchas ocasiones.

La impresión y el impacto de los Maomas sin H de la noche del sábado fue espectacular. Hoy no me voy a censurar. Cómo sonó el grupo. Qué pasada de puesta en escena. Y gracias, Miguel por esa letra a todos los que tenemos a nuestro padre viéndonos desde el cielo hacer carnaval.