COAC de Málaga 2023

El veneno del Carnaval: Verdades necesarias y la magia de llorar de risa

El problema de la vivienda en Málaga y la salud mental colman los repertorios de las agrupaciones - El COAC celebra un día histórico con la incorporación de una nueva categoría para los copleros juveniles

Ana Barranco

Ana Barranco

Último día de la semana, saber que el pitido del despertador sonará temprano, de nuevo, durante otras cinco jornadas. Y a eso súmale un partido del Málaga. El patio de butacas del teatro de la Escuela de Arte Dramático comenzó la tarde-noche del domingo algo más vacío que los días anteriores pero, desde luego, los repertorios de las agrupaciones de esta tercera jornada de preliminares eran para no perdérselos. 

Como ya viene siendo habitual, gracias al Dios Momo, una murga infantil volvió a dar el pistoletazo de salida, o más bien el 'picotazo'. Estos copleros noveles se estrenaron en el escenario anunciando que "Málaga es su cantera". Entre los pasodobles, más de uno aprovechaba para darle los últimos retoques a la tarima con su pico, y por supuesto vestidos con un mono gris y un casco de potente color amarillo, no les faltaba un detalle a los carnavaleros de 'Con el loro a cuestas'.

Ellos lo tenían muy claro: "Aunque sea mi primer año, a tres por cuatro te venimos a cantar", y que su forma de vida es hacerle caso al "gusanillo del Carnaval", que "está picando, picando", tal y como narraba su estribillo. Y es que "bendita condena" la de escuchar una copla, o la de "regalártela", cuando se trata de estar sobre las tablas. Y no lo digo yo, lo dijeron a pies juntillas los granaínos de la comparsa 'La bien pagá'

Con un escenario que evocaba otra época, los copleros se las arreglaron para unir un traje de chaqueta a los volantes de una falda de flamenca. No podía ser de otra manera, que con unos pendientes largos y algunos incluso con un rosario colgando de la cintura, comenzasen su presentación al ritmo de palmas y siguiendo el compás de la guitarra de 'Pichi'. ¿Y qué diría uno de los grandes de la canción si los escuchara? De los demás no sabemos, pero a Lola Flores, en un cuadro situado a la derecha del escenario se la ve muy agustito. Unos pasodobles atemporales y segundo cuplé, que aunque sencillo, se les dió fetén. Con su popurrí pusieron punto (y seguido) a una vida de "eterno febrero". Y para qué mentir, todos los de las butacas, o al menos una servidora, nos habríamos unido a la fiesta que montaron cuando se cerró el telón

Y de un escenario muy andaluz, a uno... ¿jamaicano? Los de Roquetas de Mar hicieron de su murga un grito contra los prejuicios, con un estribillo que es, por definición, pegadizo. Estos 'hippies' llenaron el ambiente del teatro de mucho 'love' con un cuplé lleno de palabras de 'influencers'. Bueno y también dejaron un olorcillo a ¿fresa y plátano?, ¿menta? "Niño, ¿qué colonia te has echao´?" No hay más que añadir, su señoría. En esta edición del COAC, los copleros almerienses han dejado sus habituales trajes de gomaespuma en casa (todos recordamos las latas de conserva cuando estrenaron 'Los que se conservan bien' en 2018). Aún así, es una murga que no defrauda. 

"Los sonidos de la vida malagueña"

El domingo dejó el regusto del veneno del Carnaval, en el mejor de los sentidos. Las agrupaciones despertaron la magia de hacer que el público casi llorara de risa, a la vez que anunciaban verdades críticas tan necesarias, cantadas y contadas. Esta forma de hacer Carnaval, o de filosofar, está ya en los barrios, y es que son "la cuna, son tus maneras de zalamera, el barrio es para mi el paraíso y los sonidos de la vida malagueña". 'Los del otro barrio' se conocen al dedillo cómo emocionar y sacar los colores a más de uno. La comparsa, con letra de los periodistas José Luis Malo y Félix Godoy, criticó el contexto de la construcción de vivienda y auguró que "ya mismo Campanillas va a parecerse a París y Martiricos a Berlín". 

O dicho de otra forma, "con tanto mamotreto, ya mismo no hay espetos". El de esta comparsa que ya en 2020 fue 4º premio, es de esos repertorios con los que la cabeza del espectador no solo sigue el ritmo de los platillos, sino que también asiente cada vez que dice una verdad que ya mascullaba en su cabeza. Incluso en los cuplés, pensados para lograr lo que consiguieron, rostros marcados por las sonrisas: "Soy el primero el día de las luces y defiendo sin descanso Málaga y sus tradiciones... Pero te vas a Conil cuando coges vacaciones". 

La de Malo y Godoy es una comparsa que sabe que entre los jóvenes hay talento. Y este año, con la renovación del patronato de la Fundación de Carnaval se ha hecho historia. Por primera vez, las agrupaciones juveniles cuentan con su propia categoría dentro del COAC, es decir, que aspirarán a un premio propio. Serán en total tres grupos los que se presenten, y este domingo ya conocimos al primero de ellos, 'Los retales', que llegaron directas de Alcalá del Valle, un pueblecito de Cádiz. 

Esta es una comparsa, que como cantan sus integrantes, "nació de la nada, de la idea de dos soñadores", sin los que tampoco habría Carnaval, sin esa cantera que crece y que no para de subir el listón. Las letras de estas copleras llenaron el teatro de armonía y de profesionalidad. Sin duda no tiene desperdicio la segunda cuarteta de su popurrí (quedáis todos invitados a escucharlo, insisto): "Aún persiste la pandemia, ni los buenos son tan buenos, y los malos aún más fieras, el maltrato sin fin, y muriendo en las pateras, y xenofobia al color". 

Y la noche no decayó. Las dos últimas agrupaciones mantuvieron la atención de un anfiteatro que no se esperaba lo que quedaba por aparecer ya pasadas las once de la noche. Y esto se debe a que "el amor es loco y la locura va con él", y qué bonita extravagancia la que provoca el Carnaval. 'La jaula de las locas' resultó una comparsa de autor, como no había visto antes, que dejó sin aliento ya desde su presentación. Unos Don Quijotes liberados, por supuesto, "ni locos ni dementes", necesitados "sin más remedio" de una salida. 

Un pasodoble marcado por la necesidad urgente de invertir más recursos en salud mental, con una puesta en escena digna de los teatros más grandes (como el Cervantes, guiño, guiño). Habrá que esperar para ver si finalmente "la puerta que no cierra, la llave que no abre, la bombilla que no enciende, el cuadro que se tuerce cada día" consigue hacerse un hueco en la Final del COAC

Los patitos de la Feria no solo dicen 'cua cua'

Y después de los Don Quijotes, llegaron los 'Pa ti tó'. ¿Qué hacemos con ellos, con los de la murga de Estepona? Desde luego su repertorio es mejor que cualquier libro que promete alcanzar la felicidad. Solo unos cuantos versos y las risas están aseguradas. Sin Betadine ni tirita, lo digo ya: Los quiero el 10 de febrero en el Cervantes. Estos majaretas de la caña de pescar dejaron unos cuplés y un popurrí para enmarcar. 

¿Quién no ha comido dos kebab y una papa asada en el Real y luego se ha montado en el Saltamontes? Todo muy bien hasta que a uno le entran ganas de decir: "Para esto, picha mía, que el viento viene de frente y me lo he recenao´ to´".