Carnaval 2025
Una 'desbandá' revienta el teatro con un altísimo nivel musical y de voces en el COAC Málaga
La comparsa de Antonio Carlos Rojas y Miguel Gutiérrez ponen la ESAD bocabajo. La murga de Rute tuvo una actuación muy completa con unas voces y músicas muy trabajadas.

Comparsa 'La desbandá', en la cuarta preliminar del COAC de Málaga, 2025 /
Seis agrupaciones de adultos, un romancero infantil y una murga juvenil. Una sesión con dos partes muy diferenciadas. Una primera descafeinada y con poquitos detalles a destacar y una segunda que dejó muy buen sabor de boca. Dos pasodobles de categoría de La Desbandá y una interpretación completísima pusieron el teatro en pie; la murga de Rute no decepcionó con sus pizzeros napolitanos. La primera parte de la sesión la abría el romancero de Tino Berdugo. Qué mérito tiene sacar un romancero y cuánto más cuando se es un chavalillo. Un humor blanco, como se espera de una agrupación infantil. Una clase de carnaval, explicando de punta a rabo cómo se hace el repertorio, un pregón de la fiesta, vaya. Enhorabuena, Tino, porque sí.
Comparsa Los enfermos
Rasgueo al ritmo del latido para abrir el telón de la ESAD en la noche de preliminares. Desde Bollullos Par del Condado, la comparsa Los Enfermos defendió un tipo complejo: enfermos por el carnaval en un hospital llamado Alacra la Kana. Una presentación con momentos de gran intensidad, destacando un cierre agudísimo. Explican el tipo mientras critican el ego de quienes concursan solo por premios.
Los pasodobles, interpretados con gran potencia vocal, refuerzan la idea central. El primero señala a la arrogancia como la verdadera enfermedad del carnaval, con un guiño a la importancia de la octavilla. Un pasodoble para definir el tipo, probablemente de medida. El segundo aborda el drama de la drogadicción, cerrando con un desgarrador: "Te odio, querida, que mi vida robó, la cocaína."
Los cuplés, sencillos pero efectivos: el primero, sobre el caganer del Belén, con un desenlace comprometido; el segundo, inspirado en el viral de unos jóvenes que hacían morcilla con su propia sangre, rematado con que mejor no probar el arroz con leche.
El popurrí desarrolla el tipo hasta que el protagonista se cura de su enfermedad por la fiesta. Vuelve con fuerza la crítica a la hipocresía del carnaval, hasta concluir que la verdadera esencia de esta celebración no está en los premios, sino en el pueblo.

El tipo: Enfermos del Carnaval, levita en tonos buganvilla y dorado.
Las coplas: El pasodoble a la lacra del consumo de drogas y sus consecuencias.
Murga ¡Hay Lupita!
Apatrullando la siudá, llegan desde El Burgo unos detectives con su lupa, acompañados de su unidad canina, que da mucho juego en la presentación. Es una murga con una marcada esencia callejera y que promete buenos momentos. Su principal objetivo es hacer reír, y en esta presentación lo consiguen con pegotes graciosos, ritmos pegadizos y muy conocidos. Honestamente, no parece una agrupación con mucho recorrido en el concurso, pero defienden su primera actuación con sencillez, lo cual siempre se agradece.
Los pasodobles: el primero, en tipo, trata el caso abierto de su amor por Málaga, pidiendo que su expediente no se archive, aunque eso dependerá de su perseverancia. Me gustaría verlos el año que viene para hablar de su evolución y de más provincia en el concurso. El segundo, con un tono bonito, establece un paralelismo entre las características de la provincia de Málaga.
Los cuplés son sanotes. El primero parte de la supuesta infidelidad de la Reina Letizia para acabar rematando con la necesidad de un buen puchero; el segundo, con un toque dominguero, recrea una escena veraniega que cierra con un bocado a una chancla en lugar de a un filete empanado. El estribillo es graciosete: después de pasarse el día buscando pistas, al llegar a casa buscan el pisto de su madre.
El popurrí arranca con una cuarteta recitada con guitarra por soleares, interpretada con gusto, especialmente considerando la autoría. Destacan unas sevillanas con arte: les encargan vigilar a Froilán, pero cuando presentan el presupuesto, con los extras por nocturnidad incluidos, la Casa Real lo rechaza por excesivo. En definitiva, una murga sin grandes pretensiones, sencilla y sana. Que vuelvan y que perseveren.

El tipo: Detectives privados con sus perros.
Las coplas: La intención de los pasodobles es bonita.
Murga juvenil No nos moverán
Atrincherados en Tivoli, estos niños perdidos con estética que rememora a Peter Pan, presentan una murga juvenil que arranca con el famoso: "Del barco de Chanquetete no nos moverán". Nada que ver con Verano Azul, ni falta que hace.
Un primer pasodoble correcto para reivindicar que nadie pueda arrebatar la infancia, incluyendo eso la defensa del patrimonio cultural -en referencia a Tivoli-. El segundo, duro, muy duro. Escuchar a adolescentes hablar del suicidio te deja hecho polvo. Los cuplés, ambos con referencia a las drogas, algo sencillamente prescindible en una agrupación juvenil. El estribillo, movido con un pegadizo: "Ya funcionan los carricoches". Al ser una agrupación juvenil no se incluye el ranking de color para cada agrupación. Siempre un premio a la cantera.

El tipo: Niños atrincherados en el barco de las trampas de Tivoli World.
Las coplas: Segundo pasodoble precioso; cuplés prescindibles en esta categoría.
Comparsa Los majaretas de la bicicleta
Subidos en bicicletas, abren el telón estos comparsistas de Marbella con un tipo de ciclista algo añejo: gafas de piloto, un gorrocóptero (para Marta Jiménez, steampunk), bufanda de punto de la abuela y camisa celeste con tirantes que sujetan unos pantalones bombachos, rematados con calcetines de rombos hasta las rodillas. Una presentación bonita, bien cantada y con mucho poso, musicalmente bella.
Los pasodobles arrancan con un punteo agudo y se cantan también muy arriba. El primero, el que firmaría Friedrich Hayek: "Siempre pagando facturas, impuestos que asfixian a final de mes, pendiente de su plantilla, seguros, los sueldos, y que no se te pase pagarle a Hacienda su parte". Una crítica a la condena que supone ser autónomo en España. El segundo, un pasodoble a la cantera, pidiendo que no se regule la categoría infantil. Por cierto, fe de erratas: ese era el mismo sentido que tenía el pasodoble de la comparsa infantil de Paqui Prieto y que erré al analizar. Los cuplés, de comparsa, comparten el mismo remate, haciendo referencia a las consecuencias de sus excesos sobre la bicicleta.
El popurrí nos hace transitar con ellos por algunas de las lacras del mundo (el hambre, los gobernantes que cohíben, la avaricia). Dejan también letras melosas: "No hagas de la vida un viaje, haz que el viaje sea la vida, intenta que vaya sobre ruedas y saca siempre una gran sonrisa". Un tipo alegre con un final pegadizo. Comparsa correcta.

El tipo: Ciclistas que salen de la ciudad para buscar su paz
Las coplas: Bonito segundo pasodoble pidiendo que la cantera disfrute, más allá de reglas.
Murga Los tradicionales
El arranque, a oscuras, juega con la duplicidad tópica: pizzero o mafioso. Trattoría italiana, acento napolitano desde el mismísimo Rute y aparece Genaro el pizzero, un tipo bien trabajado, a pesar de estar mil veces tratado en la fiesta. Presentación redonda en música y voces, amén de un grupo interpretando maravillosamente. Buenísima primera impresión.
Los pasodobles con música muy clasicona. El primero con lo más tradicional de estos murguistas ruteños, piropo a Málaga con detalles bonitos como esas noches de calle cantando en Uncibay o calle Granada. Cómo no quererlos... El segundo, reivindicativo: "Dificil imaginar la verdadera igualdad" si las mujeres en murga no tiene referentes en su camino. Una llamada a romper estereotipos: "Que luchen en una murga por sus derechos haciendo reír al pueblo".
Los cuplés: "Tradicionales, nada de cuatro estaciones". Pegotito antes de empezar a cantar en referencia a la moda de las cupletinas. El primero graciosete, sobre un baby shower en el que el humo para desvelar el sexo del bebé no es azul ni rosa, es naranja: "Creo que el niño es del butanero a ". Chiste antigüito que no conecta. El estribillo, callejerísimo, un Genaro que quería ser capo de la mafia, pero siempre le cogían "con las manos en la masa". Segundo cuplé que conectó poco, pero graciosete también. Buscan piso cerquita de la playa, en La Malagueta, intentan educar al algoritmo, que finalmente les muestra una vivienda en el centro... de Casabermeja.
Popurrí muy muy en tipo. Sin llegar a arrancar muchas carcajadas, tiene un gran nivel en música, intensidad y letra. Otra cuarteta liberal jugando con la evasión de impuestos con el pago en efectivo y la caja B de la pizzería. El tipo constriñe en algunas ocasiones, pero la interpretación es muy buena. Esta murga es cosa buena.

El tipo: Genaro, un pizzero italiano con todos sus aderezos.
Las coplas: Bonito segundo pasodoble en la búsqueda de referentes femeninos en murga; segundo cuplé graciosete.
Comparsa La Desbandá
Levita morada, borsalino, chaleco con el callejero de Málaga para cantar a la desbandada contemporánea: una Catedral convertida en hotel, la Farola como bar y a los pies de los componente las maletas con nombres de barrios que se marchan de su ciudad. Resuena aún ese final de la presentación: "¡Málaga sin malagueños!". Un tipo precioso, una idea muy desarrollada y trabajada, como es habitual en esta comparsa. Una voces completísimas con la interpretación soberbia, como siempre por otra parte, de Antonio Carlos Rojas Gallego, un animal del escenario que defiende el tipo excepcionalmente. La levita morada, por cierto, con versos de Constantinos Kavafis: "La ciudad irá en ti siempre".
Pasodobles de música pegadiza. La primera letra a la desbandá que se vive en Oriente Medio: "Y tú imagina que los malagueños que nunca jamás volverían hoy fuesen de Gaza y huyesen a su otra Almería" reza la última estrofa de este pasodoble con un mensaje claro. El segundo pasodoble muy reivindicativo y cañero relata la historia de una abuela perchelera desahuciada que rematan con una referencia a la portada en la que el alcalde señalaba que "tampoco era un drama el tener que marcharse".
El estribillo es una delicia de piropo: "¡Si yo vivir no podría, mi niña, sin la luz de tus ojillos, sin el sol de tu carita!", parece que la ha escrito un padre enamorado de su hija. La voz de Sara Delgado completa muchísimo por arriba sin estridencias, muy acoplada y envuelta esta voz alta con gran gusto. Los cuplés sencillotes, pero completos. El primero al emérito, al que un beso de Ilia Topuria le recordaba a los besos que le daba "Bárbara Rey en la cabecita". El segundo, a la cirugía de rinoplastia del componente de Andy y Lucas, aunque dan a entender que no es más que una forma de enmascarar el consumo de drogas.
El popurrí es una historia preciosa. Una denuncia a la gentrificación, al exilio obligado que se resuelve con un fortísimo y exquisito final cantado con toda la potencia de un grupo que canta de dulce: "¡Los malagueños nos quedamos!".

El tipo: Malagueños exiliados que se ven obligados a abandonar la ciudad, vendida y con las puertas abiertas sólo a los turistas.
Las coplas: Un pasodoble que asimila la Desbandá malagueña con la salida forzada de gazatíes por los ataques israelíes.
Murga Mi casa es la suya
Cerraba la noche la murga del Chino. Abuelos disfrazados de Blancanieves por sus nietas. Asomados al balcón de su casa porque dentro de casa tienen una panorama tremendo. Compartiendo casa con media familia... un panorama, vaya. Están los alquileres muy caros, y cuando llega el IBI, el agua, el wifi, etc. él pone para todo.
Pasodoble con musiquita tradicional. Un primer pasodoble de saborcito nostálgico con un recuerdo a Manolito Martínez al que imaginan en el cielo ensayando. Bonito. El segundo a las dificultades de los jóvenes para encontrar un futuro.
Seis cupletinas en dos tandas. El primero a las mallas y a los traseros de las muchachas; el segundo a Rafael Nadal y sus calzoncillos y el tercero a los elfos traviesos que le exoneraron de la responsabilidad de haber formado una buena después de una borrachera. El estibillo hace mención a la sobrepoblación de su casa y remata con una mención a la terraza de El Pimpi. En la segunda tanda, el primero refiere a Puff Daddy, Justin Bieber, DiCaprio y el Titanic; el segundo sobre un trío que hizo y dejó a las dos mujeres preñadas y, por último, una mención a los superpoderes del martillo de Thor, algo que en España se supera: "Tú aquí le das con un palo a Pedro Sánchez y [...] desaparece". Parece que no acaban de conectar las cupletinas.
Desarrollan el popurrí presentando a distintos personajes que viven en su casa. Graciosete. Qué cantidad de gente vive ahí dentro. Algún pegote al tipo: "Ha nacido el niño de Dios... pues seguro que me lo meten aquí". Mucho costumbrismo de escenas de familia numerosa. Un tipo con muchas posibilidades que habrá que seguir explorando.

El tipo: Abuelos con la casa repleta. Tanto que la nieta le tiene disfrazado de Blancanieves.
Las coplas: Un pasodoble bonito a Manolito Martínez.
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