COAC 2025
La cuarta semifinal deja el COAC visto para sentencia: dos buenas comparsas y una murga de categoría
La comparsa de El Bosque vuelve a dar un recital de voces y destaca con letras de calidad; la murga de los niños vuelve a poner el Cervantes caliente con un homenaje a Chorli. Los Carnavalarios dejan muy buen sabor de boca.

Cuarta semifinal del COAC Málaga 2025 | Comparsa 'Albarracín, la aldea escondida' / Mauri Conde / LMA
La cuarta semifinal daba inicio con una murga infantil de gran mérito. Muchos niños con una afinación que ya quisiera algún grupo, se les entendía todo a la perfección. Un trabajo inconmensurable el de Alberto Salas y Ana Belén Rodríguez Crespillo, Crespi. Aclarar que este proyecto de cantera no es futuro, es presente. De estas filas han ido saliendo carnavaleros que ya concursan en infantil y eso es para celebrarlo. Tras ellos, el romancero Me queao de piedra, la estatua del Cenachero cobra vida. Hay que insistir en la dificultad de esta modalidad y la suerte de tener a tantos en la modalidad infantil.
Murga Aquí no pinto ná
Vuelven los Picasso en formato estatua que cobra vida. Pasodoble con tono satírico. Desarrollan el tema de la hipocresía en el mundo artístico, los plagios o las críticas por las espaldas. La amistad como punto de partida, pero se resuelve por la falta de compañerismo por aquellos que buscan la fama. Quiebro final para aclarar que “que es impensable que esto le pueda pasar al mundo carnavalero”. Guiño, guiño, codazo, codazo. El segundo es una bonita descripción de la falta de cultura carnavalera que hay en Málaga: miran raro si van disfrazados, se quejan los restauradores… El final pide respeto a los grupos de canto, maltratados según estos murguistas.
Dos cuplés clásicos. El primero ranciete, siguiendo el estereotipo de hombre desastre que peina mal a los niños, pero con la excusa del arte abstracto; el remate va por la vida marital, al parecer su mujer no aprecia el minimalismo. El segundo a las taras de los artistas, la poca mano izquierda de Cervantes o la poca vista de Steve Wonder, rematan con su tara, las pocas neuronas que les quedan después de aguantar al famoso Churumbel. La selección de músicas es entretenida y original, pero la interpretación del grupo tiene mucha evolución por delante.

El tipo: Picassos broncíneos que cobran vida en la Plaza de la Merced.
Las coplas: Pasodoble autocrítico con el Carnaval, con la necesidad de valorar a los grupos.
Comparsa Albarracín, la aldea escondida
El siempre bien ponderado Horacio Calvillo traía un repertorio adaptadísimo en pasodobles al concurso de Málaga. El primer pasodoble en la primera persona de un trabajador que se ve obligado a salir a trabajar en plena alerta roja. Aquellos que tuvieron que salir a trabajar a pesar de la DANA. Desenlace luctuoso. El segundo, bellísimo y merecidísimo homenaje al gran reinventor de la imagen y la escena del Carnaval de Málaga, Carlos Mutante. Aparece a medio pasodoble el homenajeado: “Si yo hablo con las letras, tú lo haces con la imagen, con la luz, con el sonido”. El grupo canta delicioso, compacto, sin estridencias, a una… Algo que se agradece.
Los cuplés, el primero al tipo, duendes traviesos (sólo en los cuplés, el resto son unos duendes melosones). Como tales, reciben peticiones de deseos que ellos conceden con guasa. Un hombre le pide que el miembro le llegara al suelo. Deseo concedido después de unas cervezas: le cortó las piernas para que fuera haciendo surcos por la arena. El segundo, continúa la historia, porque además de guasa pueden tener mala pipa. Y miran al jurado con el recadito: “Tal como me trates así contigo me portaría- Así que esta noche yo siendo ustedes a esta comparsa la pasaría”. Una actuación muy concursera, en el máximo esplendor del término y en positivo. Así da gusto escuchar comparsas.

El tipo: Duendes traviesos del Albarracín.
Las coplas: Pasodobles adaptadísimos a Málaga.
Murga ¡Qué bien me siento!
Inicio de parodia que deja claro que esta murga hecha de comparsistas sufre un tremendo síndrome de Estocolmo por Luis Bermúdez. Llevaban seis días fuera del zulo (desde el pase de preliminares) y ahora han vuelto porque no pueden vivir sin él. Los pasodobles muy diferentes entre sí, pero tremendamente bien cantados, de nuevo. El segundo pasodoble de hijos a padres, cuarenta carnavales: desde Claudio y sus senadores. Letra que le cantan sus ‘chorlitos’ a la leyenda carnavalera Chorli. En segunda fila, sentado, “Miguel Ángel Vega siempre, Chorli en el mes de febrero”. No hay precio que pague la cara este carnavalero recibiendo el canto de sus hijos, de su murga, del Cervantes.
Los cuplés con Teresa Porras de protagonista, jugando con la confusión a partir de un mendigo que les pide un euro y les asegura que no lo gastará en vicios. El segundo, con la Princesa Leonor como protagonista, sobre la que explican su vida como marinera: cavar en la playa, el barco vikingo borracha… pero rematan con la vista que tiene desde el carajo del Juan Sebastián Elcano: “Desde allí arriba pudo verle mucho mejor los cuernos a la abuela”. Murga extremadamente bien cantada, letras de calidad y un gran pase que deja claro que a pesar de ser un grupo nuevo tiene una pinta brutal. Un humor muy interno, pero con un personaje que han desarrollado muy bien desde preliminares en presentación y popurrí

El tipo: Comparsistas con síndrome de Estocolmo que, a pesar de ser liberados, vuelven a su zulo.
Las coplas: Homenaje a una de las leyendas del Carnaval de Málaga, Chorli, de parte de sus hijos.
Comparsa Los escapistas
Un grupo que, como tal, es la primera vez que participa. Algunos de sus componentes conocen bien el Carnaval de Málaga. Ponen sobre el teatro una buena agrupación, bien cantada y aparentemente bien afinada. Los pasodobles, es donde pinchan un poco, sobre todo en el segundo. El primero, un homenaje a los donantes, pero desarrollan el pasodoble con unas letras muy entristecidas, tienen pinta de rematar por tanatorio, pero rematan por la luz de los donantes. El segundo, un poco para releer y acabar de entender bien el mensaje. Está claro que es una feroz crítica a la clase política, pero no se acaba de entender una alusión al Rey Felipe VI, al que piden que aparezca en el Congreso de los Diputados para tomar medidas contra la corrupción y “hacer rodar cabezas” de políticos. Pasodoble en el que se deja entrever que piden al rey que dé un golpe de Estado. Un saludo a Cándido Conde Pumpido.
La tanda de cuplés levanta algunas risotadas, sobre todo el primero, en el que habla de lo que le gusta a este comparsista el riesgo y la adrenalina. El deporte más extremo, pisar lo fregado. A pesar de atreverse a mucho, no acaba de atreverse a copiarle el tipo a Pepe León. El segundo un monólogo de los labios de su pareja al usar unos leggings ajustados.

El tipo: Houdini almeriense
Las coplas: Un pasodoble que pide a Felipe VI que corte cabezas.
Murga Los ovejitas negras
Venían desde Roquetas a su concurso. Jugando en casa, como siempre. Bien por ellos y por la calidad en el canto. Primer pasodoble muy al tipo, contando lo vacío de la vida de estos niños pijos: criados por una nanny con cariño por contrato, una gran casa siempre vacía porque están siempre de viaje sus padres. Mucho dinero, qué más da “si no he sentido el cariño o el abrazo de mamá”. Rodeado de riquezas materiales que cambiaban por una educación y el amor de unos padres. El segundo, en contraposición, hablan de los prejuicios sobre una juventud que está todo el día de fiesta, tela de viciosos y de juerga todos los findes. Siempre les gusta ir “bien cargados”: vicios, vicios y más vicios. No, no hablan de drogas. O sí. Del tremendo vicio de la juventud a la inmensa dependencia del móvil.
Los cuplés, el primero al estilo de vida saludable, crosfitero y vegano y muchas palabras en inglés. Rematan con chiste de pedo. El segundo, para el concurso, vienen de Roquetas con tomates para caernos bien a los asistentes, aunque acaban prometiendo hectáreas de invernaderos. Rematan sacando el foco del escenario para llevárselo al palco del jurado. A ellos, maletines de billetes. Bien cantado, pero quizá las letras no les han entrado.

El tipo: Niños pijos en el internado. Las ovejas negras de la familia.
Las coplas: Buen pasodoble al necesario amor familiar.
Comparsa Los carnavalarios
El grupo canta fuerte, en su justa medida, lo que necesita el Cervantes cuando la última comparsa se sube antes del pase a la final. Nada de tristezas, comparsas alegres y bien cantadas. Maravilla. Da gusto. El primer pasodoble con una temática muy habitual en el carnaval, pero de gran factura. El autor juega a la crítica sin mirar a quien, tanto al alcalde como a la oposición local. Pero, sobre todo, el gran receptor de la crítica no es la clase política, sino la pasividad ciudadana, que se manifiesta por un ascenso, pero no por la vivienda. Bonito desarrollo y remate apocalíptico: el final en nuestra tierra o bajo ella. El segundo pasodoble personifica en actores políticos el problema de la Sanidad: Juanma Moreno, Pedro Sánchez, De la Torre o Díaz Ayuso todos ellos pasan por durísimas historias que cualquier ciudadano puede sufrir. Llamada a luchar por la Sanidad pública.
Cuatro cupletinas a las novias internacionales. Una cosa. La primera, una china que sólo come comida china, juega con la fonéctica de la palabra gyoza y sus “tetas maravigyozas”. La segunda, una novia india, que sólo come noodles, “pero ella es maravigyoza cuando le pido que se desnude”. Segunda tanda de cupletinas, primero a una novia japo que sólo come ramen. El último está todavía el VAR revisando si ha entrado o está en fuera de juego, sobre su novia nazi y su mala pata cocinando judías. Desde la sala VAR confirman un “jojo” en buena parte del público. Lo mejor de las cupletinas, el trabajo fonético que da un doble sentido literariamente reseñable en las tres primeras.

El tipo: Marqueses de Larios que cobran vida para pedir a Málaga que despierte.
Las coplas: Un mensaje directo en el segundo pasodoble a los políticos por la situación de la Sanidad.
Murga Viva la virgen del Karma
Una murga que entra por los ojos. Tremendo montaje: carreta, elefante, estandarte, romeros de Nueva Delhi. El primer pasodoble narrado por una madre que tiene que explicarle cosas muy básicas a su hija, como que lo primero que hay que entender es que no es su amiga, sino una figura a la que tratar bien. Es bonito, quizá muy fuera de tipo, pero curioso enfoque. El segundo, una justificación que, quizá, sea innecesario. Si uno elige un tipo, que lo defienda sin letras que justifiquen una elección. El tipo a muerte, con guasa. Letra prescindible. Cupletinas inenarrables. La primera sobre los cambios de género, rematando con que no sabe qué se rasca cuando le pican los genitales. La segunda letra con uno de los pegotes más repetidos, el ligue de la piña en Mercadona. Segunda tanda, la primera escatológica, le mandan unos calzoncillos sucios desde China; la segunda a que no entiende a su mujer, porque se come las primeras letras de cada palabra.

El tipo: Romeros de Nueva Dheli.
Las coplas: El grupo canta un pasodoble contra unas críticas "de la calle".
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