Según ha informado a Efe el director de la Fundación Oso de Asturias (FOA), Carlos Zapico, los animales permanecerán separados hasta septiembre en el recinto de manejo osero que comparten en la localidad asturiana de Santo Adriano y entonces se decidirá si las hermanas regresan a su recinto habitual en el monte Fernanchín para la hibernación, en el Principado.

"Habría que acondicionar el monte y limpiarlo de vegetación para evitar que la maleza roce los pastores eléctricos y prevenir peligros", ha explicado.

Las hermanas asturianas Paca y Tola y el macho Furaco han compartido recinto desde el pasado 22 de mayo, aunque durante el último mes se separaban de ocho de la tarde a ocho de la mañana para evitar esfuerzos inútiles de personal.

Desde que se inició el intento de cría en semicautividad el comportamiento de las hembras ha sido "de miedo hacia el macho", mientras éste ha intentado acercarse a ellas durante aproximadamente mes y medio, sin éxito.

Entre los motivos que los expertos aducen para justificar el fracaso de este intento de reproducción de plantígrados criados en cautividad se encuentra una fecha de inicio demasiado tardía.

Así, de cara a un nuevo intento la próxima primavera, la Fundación espera poder juntar a los plantígrados en abril, coincidiendo con el inicio del celo de los animales, y mantenerlos juntos hasta el mes de julio de 2009.

Zapico ha comentado que ni si quiera el Grupo de Investigación en Técnicas de Reproducción Asistida de la Universidad de León que supervisa el proyecto sabe con claridad qué ha fallado, y ha puntualizado que el macho cedido por Cabárceno tenía una experiencia probada en otros procesos de reproducción realizados con éxito en Cantabria.

Desde la Fundación recuerdan que conseguir que las osas se reprodujesen en este primer intento era difícil, aunque sí se esperaba que se hubiese producido al menos una monta.

De cara al próximo año, esta primera experiencia habrá servido para garantizar la sociabilidad de los osos, puesto que Paca y Tola apenas habían tenido contacto con otros animales.

Paca y Tola viven en semilibertad en Asturias desde que unos furtivos mataron a su madre, y en la actualidad se han convertido en un emblema de la protección del oso pardo cantábrico.