El catedrático de la Universidad Politécnica de Cataluña afirmó que "los recursos hídricos no se agotan", ya que "la cantidad de agua que hay en la tierra es siempre la misma", el problema reside en la "presión cada vez mayor" que se ejerce sobre ellos, y en los impactos que causa en el medioambiente extraer agua de la naturaleza.

"Hay una degradación de la calidad por un uso de ese agua que muchas veces es inadecuado. No ocurre en todos los casos, hay casos en los cuales la extracción de aguas subterráneas se está haciendo a una tasa que es mayor que la de reposición o de recarga. En España hay zonas conflictivas, como todo el Levante, donde se están extrayendo recursos a una tasa superior a la que sería lógico utilizar", dijo.

Ocurre lo mismo en algunas zonas de Canarias como Gran Canaria, donde existe "una fuerte presión sobre los recursos" que hace que "los niveles históricamente hayan ido descendiendo" y que ha originado, además, que en las zonas costeras se haya producido "una sustitución de aguas" y se haya pasado de unas "inicialmente no buenas a otras que son peores".

Explicó que el agua que se extrae para uso humano, fundamentalmente para el regadío, "que se lleva entre el 80 y el 90 de los recursos hídricos, no está disponible en los nacientes, en los ríos, en la descarga al mar", de ahí que se desarrollen proyectos, como se hace en Doñana, que intentan "pasar de la competencia a la complementariedad entre el hombre y la naturaleza".

A juicio de Custodio, "éste es el reto científico y técnico que hay que ir afrontando, no sólo en Canarias y en el resto de España, también en California, Texas, Arizona, parte de Italia, sur de Francia y norte de África porque la extracción de agua subterránea es un fenómeno relativamente moderno, hasta que no ha habido maquinaria de extracción con energía barata y sencilla no se ha podido acceder al agua subterránea".

El catedrático de la Universidad Politécnica de Cataluña consideró, por otra parte, que hasta que no pasen al menos dos generaciones no se superará la situación "un poco dramática" que se da en la actualidad respecto a la falta de concienciación social y de las instituciones públicas sobre la necesidad de conservar y controlar la explotación de los acuíferos.

El profesor calificó con tres en esta materia a los políticos españoles y dijo que "es muy difícil que una sociedad cambie su forma de verla".

"Todavía lo que la gente piensa sobre el agua subterránea es totalmente anecdótico. Son herencias de siglos atrás totalmente equivocadas, cambiar todo esto supone un paso de varias generaciones, que la educación empiece en el colegio, que la gente se vaya concienciando y, al mismo tiempo, hay que poner una cantidad muy grande de conocimiento y datos que, en muchos casos, no están disponibles", aseveró.