Una vez que entre en vigor la medida, los consumidores se verán obligados a utilizar sus propias bolsas para cargar sus compras o a pagar 25 centavos para adquirirlas en los establecimientos de comercio, en papel o en material biodegradable.

La iniciativa tiene como objetivo reducir el consumo de plástico en esta ciudad, la segunda más grande de EEUU después de Nueva York, y evitar que se contamine más el mar.

"Supone la normativa más sensible con la ecología que hemos hecho", aseguró el concejal Bill Rosendahl.

Los Ángeles será la segunda ciudad de California, después de San Francisco, en autorizar esta medida.

El propósito de ambas ciudades es presionar a los legisladores del estado para que den su visto bueno a una ley que eliminaría el uso de las bolsas de plástico de sus territorios a partir de 2012.

Se estima que Los Ángeles consume 2.300 millones de bolsas de plástico al año, de las que solo el cinco por ciento son recicladas en todo el estado.