Según informa a EFE Luis Laria, presidente de CEPESMA, en los últimos días, tras la llegada de los dos ejemplares a Estados Unidos el pasado 12 de julio, ha sido necesario modificar los conservantes que empleaban, para ajustarse a la normativa americana.

De ahí que se acordase emplear el conservante 3M, un fluido desarrollado por investigadores de la NASA para el mantenimiento biológico y mecánico en ingravidez, y que es similar al utilizado por el grupo naturalista asturiano en los valores de conservación pero sin alcohol, que no está permitido en Estados Unidos.

Durante el día de hoy y mañana, los ejemplares serán instalados en las urnas diseñadas específicamente para ellos en su nuevo emplazamiento para los próximos 5 años.

Los dos cefalópodos han viajado a Estados Unidos en una urna diseñada por el CEPESMA, totalmente sellada y con un sistema de despresurización que contiene 2.250 litros de agua y formol para garantizar un adecuado estado de conservación.

Los ejemplares cedidos por el CESPESMA a la Institución Smithsonian son una hembra de 11 metros de longitud y 137 kilos de peso, y un macho de unos 7 metros y 60 kilos.

El macho se expondrá en vertical sobre un soporte cilíndrico, mientras la hembra, de mayor longitud, estará en horizontal en una urna de metacrilato, especialmente diseñada para la ocasión.

El CEPESMA posee la mejor colección del mundo de calamares gigantes, con 21 ejemplares, dado que el litoral cantábrico es rico es esta especie que todavía no ha sido posible grabar en su hábitat natural.

Por su parte, la Institución estadounidense Smithsonian alberga más de 136 millones de piezas de museo, pero sólo un calamar gigante y en mal estado de conservación.

En la actualidad se desconoce el número de ejemplares que pueden albergar las profundidades oceánicas, aunque se cree que puntos del litoral asturiano como el caladero Carrandi, situado en el mar frente a los Picos de Europa, pueden ser tan relevantes como áreas estudiadas en las costas neozelandesas.

Los calamares gigantes nacen de unas espirales gelatinosas con dos milímetros de longitud y crecen un centímetro por día hasta los cuatro años y medio.

El ojo de estos cefalópodos es el mayor de una especie viva y puede llegar a alcanzar los 22 centímetros de diámetro.

Debido a la elevada concentración de amoniaco en su masa muscular, los calamares gigantes -único cefalópodo que se reproduce mediante un órgano reproductor similar a un pene- no sirven de alimento para los seres humanos y los ejemplares que aparecen en las redes o en las costas se utilizan para fines de investigación y exposición.

A cambio de esta cesión el CEPESMA recibirá unos 50.000 dólares para el desarrollo de programas de investigación de las especies marinas.