La variedad 863 de maíz transgénico creada por la empresa estadounidense Monsanto (MON) ha sido aprobada para el consumo en Filipinas, mientras que su uso está prohibido en Austria por sus efectos nocivos para la salud, según denunció el colectivo ecologista en un comunicado.

"Los alimentos modificados genéticamente son perjudiciales para el medio ambiente y la salud y la prohibición en Austria viene a reconocer los graves riesgos inherentes en este tipo de productos", indicó Daniel Ocampo, experto en ingeniería genética de Greenpeace.

Un equipo de tres especialistas independientes franceses hallaron en 2007 que el maíz MON 863 generaba toxinas en los riñones e hígado de las ratas de laboratorio a las que suministraron el alimento,

La citada variedad fue aprobada por el Ejecutivo filipino en octubre de 2003, pero el secretario de Agricultura, Arthur Yap, desautorizó la entrada del alimento tras la publicación del estudio.

Sin embargo, y según la nota de Greenpeace, Yap se retractó de su decisión dos días después a causa de las presiones del sector.

En 2005, la Comisión Europea autorizó la importación del maíz MON 863 para su uso en piensos animales, aunque mantuvo su prohibición para la alimentación humana y su cultivo, decisión que fue criticada por las asociaciones de consumidores.

El maíz de Monsanto está genéticamente modificado para producir su propio insecticida que mata a los parásitos del subsuelo y dispone además de un código genético especial que le hace más resistente a los antibióticos.