Brasil es el cuarto productor mundial de gases de efecto invernadero, la mayoría de ellos causados por los incendios de la selva amazónica y la deforestación liderada por los ganaderos, que destruyen una hectárea de selva amazónica cada dieciocho segundos.

El resultado de esta destrucción masiva ha convertido a Brasil en el país con la mayor cabaña ganadera comercial del mundo y en el mayor exportador mundial de carne de vacuno y cuero curtido.

Según el informe de Greenpeace "Sacrificando la Amazonia", el mercado español no está al margen de este problema, ya que, sólo en 2006, España importó 4.594 toneladas de pieles brasileñas.

Las investigaciones de Greenpeace han encontrado que dos empresas españolas (Industrias Basati y Curtielex S.L.) han comprado cuero a la brasileña Bertin, una de las empresas vinculadas con la deforestación y el trabajo forzado.

Además, el Ministerio de Defensa español aparece como cliente de una multinacional de comida preparada donde la carne de ternera es suministrada, entre otras, por la brasileña Bertin.

A nivel internacional, Greenpeace asegura que las granjas brasileñas suministran a marcas internacionales como Adidas, Reebok, Timberland, Geox, Carrefour, Eurostar, Honda, Gucci, IKEA, Kraft, Clarks, Nike, Tesco y Wal-Mart.

Además, el informe de Greenpeace acusa directamente al Gobierno brasileño de permitir y subvencionar la expansión de la industria ganadera en la Amazonia, ya que el Ejecutivo carioca participa de algunas de las mayores granjas ganaderas del país (Bertín, JBS y Marfrig), responsables de la deforestación de la Amazonia.

El informe recuerda que el próximo mes de diciembre se celebrará en Copenhague la Cumbre de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, "donde los gobiernos deben apoyar un acuerdo global para evitar un cambio climático catastrófico".

Y dado que la deforestación tropical representa aproximadamente el veinte por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, cualquier acuerdo debe incluir la lucha contra la deforestación, según la organización ecologista.

Por todo ello, el informe de Greenpeace pide a la comunidad internacional que se comprometa a destinar 140.000 millones de euros anuales para hacer frente a la crisis climática, incluyendo aproximadamente 40.000 millones anuales destinados a los países con recursos forestales para asegurar que los bosques estén adecuadamente protegidos.