Indignación y rabia. Cerca de un centenar de personas entre familiares y amigos de las menores agredidas en los últimos meses en Mijas se manifestaron ayer a las puertas de los juzgados de Fuengirola adonde fue trasladado el presunto agresor, un joven de origen ucraniano de 26 años, para someterse a una rueda de reconocimiento.

Los vecinos corearon gritos como «queremos justicia» o «no queremos pederastas en Fuengirola» cuando el presunto agresor llegó para someterse a la rueda de reconocimiento en la que participaron cuatro de las víctimas y dos testigos de una de las agresiones. Todas ellas señalaron a I. A. como el presunto agresor.

El detenido, que lleva desde el pasado lunes en prisión preventiva, llegó a los juzgados de Fuengirola poco antes de las 09.50 horas, en medio de unas fuertes medidas de seguridad que impidieron que los allí presentes pudieran acercarse hasta él. A diferencia del día anterior, el joven cubría su rostro con su propia chaqueta aunque dejaba ver cómo se había rapado el pelo para tratar de despistar a las que poco después lo identificaron como el causante de sus lesiones.

Una vez que trascendió el resultado de la prueba, en el exterior se recrudecieron los gritos en favor del endurecimiento de las penas a quienes abusan de menores. En la calle cada vez se agolpaban más personas esperando la salida del joven ucraniano implicado hasta en cuatro delitos y cuatro faltas. La Policía Nacional desplegó a una veintena de agentes y tuvo que colocar una decena de vallas para contener a la muchedumbre que cada vez se exaltaba más.

Sobre las 12.10 horas, un furgón de la Guardia Civil hizo acto de presencia en la calle Juan Jiménez Higuero para llevarse de nuevo al joven a prisión. Rápidamente, lo introdujeron en el vehículo, en medio de un pequeño tumulto de gente que incluso llegó a golpear el furgón policial.

En ese momento, los nervios se apoderaron de muchos de los presentes que llegaron a enfrentarse con miembros de la policía, formando una pequeña tangana y obligando a emplearse a fondo a los agentes del orden, aunque no hubo que lamentar daños personales.

La defensa impugnará. El abogado de la última víctima, cuya agresión se produjo el pasado 14 de marzo, Ángel Llera, confirmó que las seis menores reconocieron al detenido y que el letrado de la defensa piensa impugnar dicha prueba bajo la premisa de que el hecho de que el rostro de su defendido haya salido en los periódicos ha podido influir en la decisión de las chicas.

Llera apuntó, además, que se han realizado exploraciones físicas a las menores para dar parte de los daños causados por el agresor que, por otra parte, sigue negando todos los cargos de los que se le acusan. Sin embargo, como el mismo letrado recordó, la de ayer sólo fue una fase previa al juicio por un delito de agresión sexual, otro en grado de tentativa, dos delitos de lesiones, así como cuatro faltas.

Antecedente. Ayer se supo, además, que I. A. ya estuvo detenido en una ocasión por otra agresión a una menor, de dieciséis años, que afirma que el pasado 9 de julio fue agredida por el acusado en el portal de su casa, cerca de la avenida de Mijas. A raíz de aquella agresión, sobre el joven pesaba una orden de alejamiento que, según la víctima y su padre, Francisco Melgar, ha quebrantado en varias ocasiones.

«Que esté ya en prisión, ya nos tranquiliza algo, pero es una pena que hayamos tenido que esperar a que agredan a más niñas para que lo hayan cogido que es lo que deberían haber hecho cuando lo denunciamos. Hemos sufrido mucho porque a ella le ha afectado muchísimo. No quiere salir a la calle sola, no vive, y todos estamos muy crispados», dijo el progenitor de la niña que esperaba noticias ayer frente al juzgado.

A. I. sigue, por ahora, con las medidas cautelares dictadas el lunes por el juez que instruye el caso: prisión provisional sin fianza y comunicada hasta que se produzca una sentencia firme.

Mientras tanto, hoy jueves, a las 18 horas, los afectados y las familias están convocados a una manifestación «para pedir justicia» en la plaza de la Constitución de Fuengirola. «Deseamos que esto acabe cuanto antes y con una sentencia justa», comentó el padre de la última de las agredidas, Bernardo Moreno.