La concejala del Ayuntamiento de Benalmádena Encarnación Cortés, que el miércoles fue destituida de sus funciones al frente de la Concejalía de Turismo por el alcalde, Javier Carnero, declaró ayer en rueda de prensa que ha recibido presiones para entregar su acta de edil. Cortés afirma que le han ofrecido un puesto de alta dirección en la empresa municipal Innoben, con un contrato de tres años y el mismo sueldo que el de concejala, además de una indemnización ante un posible despido durante ese periodo.

«Tengo la responsabilidad para con mis votantes y con el pueblo, por lo que no he dejado ni dejaré el acta de concejal a cambio de un contrato que además de humillante es deshonesto, porque habría que cargar a las arcas municipales otro sueldo y no me parece justo», explicó.

Encarnación Cortés aseguró que el pasado martes dos concejales del PSOE le explicaron que Francisco Salido, líder del partido UCB que gobierna en tripartito junto a PSOE e IU, les había exigido que la edil entregara su acta a cambio de no firmar una moción de censura contra el alcalde, Javier Carnero. «Dejaron claro en todo momento que ellos actuaban de meros trasmisores y que respetarían la decisión que yo tomara», dijo Cortés. Por su parte, Francisco Salido no quiso opinar ayer sobre estas acusaciones, pero hoy dará una rueda de prensa.

La exconcejala de Turismo informó de que ha puesto en conocimiento de la Guardia Civil de Málaga las presiones recibidas en los últimos días a través de un informe, donde también ha detallado su visita a la Fiscalía Anticorrupción el pasado mes de marzo para pedirles que investigaran unas supuestas irregularidades en la gestión del puerto deportivo de Benalmádena, cuyo consejero delegado es Francisco Salido.

«Terceras personas vinieron a buscarme para pedirme que comprobara la veracidad de los hechos que estaban viviendo en el puerto. Pedí ver informes y se me negaron, pedí explicaciones y las respuestas obtenidas no me cuadraban. Ante la duda y poca transparencia, me personé ante el fiscal», dijo ayer.

De esta manera, el pasado mes de abril, la concejala abandonó UCB, el grupo político con el que se presentó a las pasadas elecciones municipales, por las discrepancias con sus compañeros de partido y por mostrarse «siempre en contra de una moción de censura», de cuyos trámites entre PP y UCB asegura haber sido testigo.

Ante la negativa de Cortés de aceptar el trato, asegura que un miembro de UCB se personó en su oficina. «El lunes me pidió que no fuera tonta y que me asegurara una salida económica ya que, si no aceptaba, habría una moción de censura y me quedaría en la calle sin nada. El pasado martes, Carnero firmó el documento de mi cese durante el pleno de la Diputación de Málaga. Finalmente, él me confirmo que sería destituida a primera hora del miércoles. Le dije que contara la verdad, que me echaba por las presiones, pero me dijo que no podía hacerlo así», explicó.