Los operarios han dado paso a los conductores en el túnel de San Pedro Alcántara. Es transitable desde ayer. Al fin, tras cinco años de obras. La ministra de Fomento, Ana Pastor, destapó ayer el punto kilométrico 171,9 de la autovía del Mediterráneo A-7 que a partir de ahora transcurrirá subterráneo, sin interrumpir la vida cotidiana de este núcleo marbellí de 40.000 habitantes.

Pastor no se olvidó ayer de lo más importante para los vecinos de la zona. Pidió perdón como la representante de una institución que ha tardado dos años y medio más de lo previsto en terminar los trabajos. Los retrasos han supuesto el cierre de negocios, prácticamente tapiados durante los trabajos e invisibles para los consumidores.

«Quiero pedir disculpas a los vecinos por las molestias. Sé que han tenido dificultades para moverse», dijo ayer. «Pero a veces, como cuando hacemos obras en casa, merecen la pena las incomodidades», justificó. «Es bueno que en este núcleo turístico por antonomasia encuentren una buena entrada y salida de la ciudad», añadió.

Más seguridad. El soterramiento de la travesía de San Pedro ha supuesto la transformación de seis kilómetros de autovía que atraviesan diariamente una media de 65.000 vehículos. Era una demanda histórica de los sampedreños. No sólo por mejorar las conexiones entre la zona norte y sur del distrito, dividida por la A-7, sino también por evitar accidentes.

Era el último semáforo en autovía de todo el continente europeo. Los vehículos pasaban por San Pedro por la misma carretera por la que rodaban por la Costa de Sol a 80 y 100 kilómetros por hora. Regular la velocidad en la práctica sobre el terreno era difícil.

El túnel, de 997 metros de longitud y a ocho metros de profundidad bajo la rasante, divide los caminos de los conductores a partir de ahora. Los que realicen largos recorridos interurbanos, entre Algeciras y Málaga o viceversa por ejemplo, pasarán bajo el túnel. Quienes se muevan a nivel urbano conducirán en superficie por los mismos carriles que anteriormente servían de trazado a la A-7.

Fomento ha invertido 5,7 millones en la construcción del túnel y otros 10,9 en la reposición de todo el viario y servicios urbanos destruidos para acometer la obra, explicaron ayer los técnicos del proyecto y ejecución del mismo. En total, los trabajos han supuesto una inversión de 86 millones.

El Ministerio de Fomento ha financiado esta reforma. La empresa de construcción OHL la ha ejecutado como concesionaria de los trabajos. No sin problemas. La crisis económica llegó a poner en riesgo la finalización de la obra que permaneció paralizada durante varias semanas en el verano de 2010.

«La principal dificultad ha sido mantener el tráfico durante las obras. Ha habido que disminuir el trabajo diurno y aumentar el nocturno», explicó ayer uno de los responsables de los trabajos a la ministra. «Hemos mantenido el tráfico, desplazándolo, pero sin poder evitarlo», dijo.

La parte superficial del túnel deja 90.000 metros cuadrados de esparcimiento a los sampedreños. El Ayuntamiento de Marbella cuenta con un crédito de seis millones de euros para crear un «gran bulevar» con sitio para conductores y peatones. La variante sur por la que se ha desviado el tráfico hasta ahora queda en manos del Ayuntamiento. La nueva travesía, al norte, cuenta con tres rotondas que la conectan a la autovía: las conocidas como de Peones Camineros, El Ingenio y una central que conecta con la carretera de Ronda.

La alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz, acompañó a Pastor y a otras autoridades del Ayuntamiento y la Junta que recordaron que la obra comenzó cuando la cartera de Fomento estaba en manos de la socialista Magdalena Álvarez.

«No ha podido ser un mejor día. Es una infraestructura muy importante para el desarrollo turístico», recalcó la regidora.