La otra opción que se barajó en su momento para emplazar el proyecto de parque empresarial fue en La Alberquilla, muy cerca del cauce del río Fuengirola. Concretamente, fue la Junta de Andalucía la promotora de esta idea, que ha ido cayendo, finalmente, tras las complicaciones que acarreaba.

Porque hacer el parque empresarial allí significaba, entre otras cosas, expropiar casas y parcelas agrarias. Algo que, lógicamente, no gustaba a sus propietarios así como a los propios comuneros, que nunca fueron muy partidarios de la idea.

Al final, con la llegada al poder municipal del Partido Popular, el Ayuntamiento consiguió levantar la declaración de Zona de Interés General que la Junta le había otorgado al lugar y planteó su propio proyecto de desarrollo de la zona. En concreto, un área enorme de ocio y comercial, que junto con la otra parte de la rivera del río, conformarían el llamado Valle del Golf.

Esto quiere decir, por otra parte, que tampoco se podrá construir allí el parque empresarial, que según el ente autonómico necesitaría de unos tres millones de metros cuadrados. Una superficie que, dejando aparte La Atalaya y La Alberquilla, no está disponible en ninguna parte del municipio.

Un factor decisivo en esta situación fueron los resultados de las pasadas elecciones autonómicas. El PP, cuyo candidato, Javier Arenas, se comprometió a modificar la LOUA para levantar la protección de La Atalaya, ganó los comicios, aunque no con la mayoría suficiente para hacerse con el Gobierno regional, en favor de la coalición entre PSOE e IU.

Pero esta unión de fuerzas políticas se ha mostrado contraria a remodelar la norma urbanística en detrimento de las aspiraciones de los empresarios, que ahora ven cómo el Ayuntamiento también les cierra la puerta.