Nadie lo ha visto, pero sí se ha escuchado, y mucho, hablar de él en la exclusiva urbanización de La Zagaleta (Benahavís), donde el todopoderoso presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, quiere extender su dominio y algunos dicen que se está construyendo un palacete a la altura de su megalomanía o casi tan inmenso como distorsionada es la revisión de la historia que hace ahora para apropiarse de los despojos de la Europa del Este. El exagente del KGB, según ha informado Vanitatis, de El Confidencial, está levantando una casa descomunal de más de 4.000 metros cuadrados en lo alto de una cima cuyo terreno alcanza los 17.762, según consta en la ficha catastral del terreno a la que ha tenido acceso La Opinión de Málaga.

De cualquier forma, señalados profesionales del sector inmobiliario de la Costa del Sol explican a este periódico: «Todos dicen que esa vivienda es para el señor Putin».

Pese a todo, nadie parece querer confirmar que Vladimir Putin sea el ilustre vecino desconocido, a quien muchos vecinos de la localidad costasoleña señalan como nuevo habitante del pueblo. Todos apuntan a que sí, que al ruso, como a otros tantos de sus compatriotas, le ha seducido la Costa del Sol y el clima casi tropical pero agradable que impera en esta parte privilegiada del sur de Europa.

La propiedad, de cualquier forma, no estaría a su nombre. Hay quien explica que ello sucede porque para llegar hasta su identidad existe toda una capa de sociedades interpuestas.

La escalada de rumores ha llegado tan lejos en la famosa zona que incluso atribuyen al presidente ruso varias visitas «de incógnito» a las obras, que se desarrollan desde hace unos años o que las dirige a través de fotos digitales o con las imágenes de ese satélite que nunca duerme y retrata cada detalle del mediodía español y de esta privilegiada parcelita. Habría sido el exalcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, que tiene una casa en esta urbanización de lujo, quien convenció a Putin de las excelencias de la Costa del Sol.

La colina privada sobre la que se alza la construcción se llama La Roca del Rey, y tiene vistas a Gibraltar y a la Serranía de Ronda. Según publica Vanitatis, sólo el muro de contención que rodea la edificación ha costado más de cinco millones y medio de euros. La casa tendrá diez dormitorios, una sala de tiro, otra de cine, un minigolf, spa y gimnasio, así como dos piscinas, una exterior con vistas al Mediterráneo, incluyendo la cercana África, y la otra interior, climatizada. La antigua propiedad fue edificada en 2000 por un magnate británico, y en la elaboración de la nueva se han invertido ya 19 millones de euros.

De cualquier forma, otras personalidades de relevancia en la Costa del Sol no creen que tenga fundamento la noticia de que el nuevo zar ruso construya una casa en La Zagaleta, una exclusivísima urbanización de lujo en la que los vecinos votan quién entra a formar parte del vecindario, en la que las casas están separadas unas de otras por centenares de metros y en la que la seguridad es una obsesión, dado que hay patrullas constantes, cámaras de videovigilancia prácticamente en cada recodo del camino y la entrada del núcleo es un fortín inexpugnable. Muchos periodistas se han quedado a las puertas al tratar de hacer un reportaje sobre la zona. Entre los vecinos deluxe estarían, si es que alguien ha podido comprobarlo, el músico Rod Stewart o el exalcalde de Moscú.

El alcalde de Benahavís, José Antonio Mena, asegura que todo son rumores, y que en los papeles no consta como propietario el expresidente ruso. «El propietario es un tal Pomarov; que yo sepa Putin no tiene nada. Nadie lo ha visto y yo tampoco». Mena se refiere a un magnate ruso propietario de una flota pesquera.

El presidente de la Federación Andaluza de Urbanizadores y Turismo Residencial, Ricardo Arranz, también habla de rumores. «No hay confirmación alguna, es un rumor de hace unos años, no sé si interesado o no, pero yo no tengo pruebas», dice. Lo cierto es que desde la Zagaleta no se confirma nada de su hipotético ilustre vecino, que estos días está muy de actualidad por la anexión cuasi militar del este de Ucrania. Parece que estos vecinos de lujo aprecian en mucho la discreción, lo que casa mal con que Putin, exespía de éxito, apasionado karateca y ahora reunificador de la Gran Madre Rusia que recompone los vestigios de la extinta Unión Soviética, habite entre ellos. Ya habrían rechazado, precisamente por su popularidad, a figuras de la talla de Julio Iglesias, Shakira o Beckham.

Nadie sabe si Putin entra en la Zagaleta con una vieja gabardina y un periódico antiguo agujereado en su centro, pero todo el mundo parece saber que el presidente ruso sí está en casa.