La proporción es tan alta que a duras penas se pueden establecer distinciones. Con una cuota de temporalidad en el sector del 50 por ciento, pocos en la hostelería están a salvo de disponer de un empleo inestable y presumiblemente precario. Sin embargo, este tipo de contratos, tan en boga en los últimos meses, se ceban particularmente con las mujeres, que son las que mejor conocen el empleo parcial. Sin ir más lejos, el porcentaje de trabajadoras en régimen de pocas horas es en Málaga del 37 por ciento, dos puntos más que en el caso de los hombres. Y, además, con una cuota de ocupación que en algunos periodos ha llegado a rebasar el 70 por ciento. Los sindicatos, no obstante, advierten de que el perfil del trabajador del minijob guarda muy poca relación con el que se presume en el resto de Europa, donde se relaciona la modalidad con trabajadores jóvenes. Los contratos a tiempo parcial se han extendido tanto que ya suponen la fórmula prioritaria. Incluso, en lo que se refiere a la sustitución de otro tipo de relaciones laborales. Los puestos indefinidos que se destruyen están siendo reemplazados por trabajadores eventuales. Contratos mínimos, de escasas horas a la semana.