La operación Shovel pierde fuelle. Los investigadores de la Policía Nacional que durante años han seguido los pasos del clan Kinahan en la Costa del Sol como presunto máximo exponente de la mafia irlandesa en España han sufrido un fuerte revés en el juzgado, ya que el juez instructor ha anulado los cargos más importantes a los principales encausados. Según fuentes judiciales, el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Estepona que lleva el caso decidió hace unas semanas desimputar al supuesto líder de la trama Christopher Kinahan de los cargos de tráfico de armas y tráfico de drogas, aunque se mantienen los de blanqueo de capitales y asociación ilícita.

Esta decisión desmonta considerablemente la investigación y la operación que tanto la Policía Nacional como el Ministerio del Interior anunciaron a bombo y platillo hace ya más de cuatro años, cuando la denominada operación Shovel (pala en inglés) explotó en de forma simultánea en mayo de 2010 en España, Irlanda y Reino Unido arrojando más de una treintena de detenidos. La mayor parte de ellos en la Costa del Sol (Estepona, Marbella y Fuengirola), donde Kinahan, también conocido en su país como el padrino irlandés, fue arrestado junto a sus hijos Daniel y Chris y varios de sus principales colaboradores. Aquel mes de mayo la policía presumió ante los medios de protagonizar más de cien registros en domicilios, locales, despachos de abogados y establecimientos de los tres países colaboradores. Sólo en España, los investigadores aseguraron haber bloqueado 60 propiedades de lujo, armas e información de interés, además de intervenir un gran número de vehículos de alta gama, aunque las pesquisas también se centraron en el entramado empresarial vinculado a la organización.

En este sentido, la Dirección General de la Policía aseguró que durante dos años dio tiempo a los agentes a estudiar más de 200 sociedades mercantiles y la posibilidad de que el dinero obtenido presuntamente de forma ilícita fuese invertido mayoritariamente en el sector inmobiliario, tanto en la Costa del Sol como en otros puntos del mundo como Brasil, donde la red poseía seis complejos turísticos y residenciales de lujo que fueron valorados en unos 500 millones de euros. Tras la exhibición mediática, el padrino irlandés y sus más allegados ingresaron en prisión, aunque a finales de ese año salieron en libertad bajo una fianza de 60.000 euros y el compromiso de comparecer todos los lunes en el juzgado, así como la prohibición de abandonar el país.

Esto último ocurrió en julio de 2011 pero bajo la supervisión de la justicia española, ya que el patriarca volvió a ser detenido ese verano en virtud de una orden europea de detención y entrega lanzada por Bélgica por un presunto delito de blanqueo de capitales. Él mismo aceptó la extradición y rindió cuentas en el país centroeuropeo hasta la primavera de 2013, cuando regresó a la Costa del Sol bajo las mismas condiciones que cuando salió de la prisión granadina de Albolote.