­Manuel Villafaina es uno de los nombres propios del sector de los empresarios de playas de Málaga y provincia. Lo es porque allá por el año 1970 fue uno de los testigos de la fundación del colectivo que desde 2010 preside. Pero también porque en el ámbito autonómico es el actual vicepresidente de la Federación Andaluza de Empresarios de Playas. Este empresario torremolinense remarca en esta entrevista, a modo de balance de su último lustro como portavoz de los concesionarios del litoral malagueño, que la nueva legislación nacional «culmina las aspiraciones históricas» de quienes están al frente de chiringuitos o hamacas, pero «no cabe la relajación, porque ahora toca apostar por la calidad para ser competitivos».

¿Será 2015 el año marcado en el calendario que permita poner fin, definitivamente, a la inseguridad jurídica que durante décadas ha demandado el sector que usted representa en la provincia de Málaga?

Afortunadamente, a partir de la nueva Ley de Costas, se clarifican las cosas para todo el empresario de playas que tiene una concesión o, si no la tiene, la está tramitando. Quiero remarcar que, afortunadamente, ya la tenemos aquí. Es la normativa que habíamos demandado. Pero queda implementarla, interpretarla en algunos casos. Ahora habrá que adaptar las infraestructuras. Más que este año, el horizonte de la normalización será el próximo. Pero lo que nadie duda es que en los próximos veranos, en algunos casos este mismo año, vamos a ver cómo se empiezan a ver cambios y siempre en positivo. Muchos de nuestros asociados empezarán de hecho con sus obras en octubre y a finales de año comenzarán a verse avances en sus chiringuitos.

Habrá que reajustar superficies y el aspecto de muchos de los establecimientos que durante años hemos conocido.

Ya hemos visto ejemplos en la provincia. El que tenga más metros de lo permitido, tendrá que desmontar parte de sus infraestructuras y el que tenga de menos podrá ampliar. Pero es lo que andábamos pidiendo. Es importante explicar que este nuevo marco acaba con la inseguridad jurídica que sufrían unos 200 chiringuitos, concretamente 232 concesiones. Unas estaban ya extinguidas y otras tenían expedientes en marcha. El reglamento acaba con una situación que era desfavorable en aspectos como la posibilidad de tener fijos a muchos trabajadores.

¿Quedan muchos flecos en los aspectos técnicos de la legislación, o se ha podido avanzar a buen ritmo en su desarrollo?

El reglamento siempre acarrea algún detalle, aunque sea anecdótico. Cuando salen las leyes, hasta que no pasa un tiempo y se interpreta el articulado, se mantienen las dudas. Por ejemplo, el término ocupante ha generado algunas dudas. No por nuestra parte, que éramos los que propusimos esa parte del texto. Ahora ya podemos decir que para el Estado y la Junta de Andalucía ese aspecto está superado. El término va dirigido al concesionario.

¿Se siente fuertes y reconocidos ahora dentro de la llamada industria turística?

Siempre nos hemos considerado parte importante. Pero es cierto que determinadas situaciones de inseguridad no correspondían a nuestro verdadero papel. Nosotros siempre hemos reclamado nuestro sitio, porque no hay nada más que ver que una amplia mayoría de turistas pasan de ocho a diez horas diarias con nosotros. Al venir a la Costa del Sol acuden muchas veces por el boca a oreja. Es una de las mejores propagandas. El que se va contento de tu chiringuito te trae como mínimo a otros tres o cuatro clientes más.

¿Le preocupan noticias como la que afecta directamente a las escuelas que forman a cocineros o camareros y que son sin lugar a dudas fundamentales para mantener la cantera cualificada que ustedes siempre solicitan?

Hemos atravesado una época complicada, por el enorme desempleo que hemos tenido. Pero respeto a este asunto tenemos ahora a un nuevo consejero de Turismo, que además coincide que está al frente de Educación, y sólo puedo decir que en cuestión de días parece que la situación va a poder resolverse. No podemos dar la imagen que hemos estado dando, con enfrentamientos entre las administraciones, porque de estas escuelas públicas hemos obtenido numerosas estrellas Michelin para la Costa del Sol.

¿Qué reto se plantean a corto plazo para seguir mejorando?

Nos queda por conseguir que los planes de playa de los municipios acaben con la estacionalidad, la temporalidad. Tenemos que aspirar a compararnos con Canarias, que tienen sus concesiones montadas todo el año. Sólo tenemos de uno a tres grados menos y no siempre. El turista tiene que visitarnos todo el año.