­­José Ortiz afronta uno de los desafíos más complejos que Torremolinos ha encarado en las últimas décadas: devolver a la ciudad la modernidad y el lugar a nivel turístico y comercial que le fue arrebatado. Su primer día en el Consistorio comenzó ayer a las siete de la mañana. Ya ha abierto las ventanas de su nuevo despacho y asegura que la luz ahora campa a sus anchas. Es el momento de demostrar a los ciudadanos, dice, que todos los que conforman el cambio son servidores públicos.

¿Cuáles son las primeras medidas que va a tomar?

Vamos a comenzar con la regeneración democrática, son las medidas de menos coste y con mayor impacto, ya que suponen la participación ciudadana y una rendición de cuentas. Colaboraremos con el resto de fuerzas políticas para poner en marcha comisiones informativas que permitan debatir y dialogar a todos en el pleno. La intención es permitir que los ciudadanos participen en el turno de ruego y preguntas.

Otro punto es la entrada de un interventor. Nos interesa la visión de alguien imparcial y que nos diga cuál es la situación económica actual. Hay que saber la deuda externa de verdad. Va a llevar tiempo pero es necesario para los ciudadanos y para conocer nosotros los plazos de cara a las inversiones públicas. Queremos atraer a la iniciativa privada para ser una ciudad moderna y poner en marcha la Mesa del Turismo para elaborar un plan estratégico y hacer de Torremolinos el lugar que fue en su día.

Fernández Montes dijo que entre la cantidad que entrará al Ayuntamiento y lo que adeuda la Junta la deuda se queda a cero, ¿para cuándo la auditoría y qué esperan de ella?

La auditoría va a llevar unos meses y primero hay que aprobarla a través de pleno, mientras tanto y con urgencia hemos pedido la incorporación de un interventor para que detalle un informe de cierre y apertura y otro más detallado para conocer la situación económica, deudas posibles, capacidad de tesorería... Los presupuestos y liquidaciones no aclaran cuál es el volumen de la deuda pero entendemos que es muy grande. Se sabrá próximamente.

Y la deuda con Málaga, ¿cree que ahora que ha cambiado el gobierno se presionará más?

La relaciones entre Torremolinos y Málaga deben mejorar muchísimo. Es una ciudad que ha sufrido una reactivación económica en el centro urbano y tenemos mucho que aprender. Es un aliado y creo que Málaga puede beneficiarse mucho de Torremolinos y nosotros de Málaga. Queremos tener más lazos con Málaga, Alhaurín de la Torre y Benalmádena e incluso planteamos la incorporación al Consorcio para ayudar en todo lo que podamos en materia de transporte e incluso a través de la Mancomunidad con políticas de costa.

¿Van a aplicar cambios en las retribuciones o cargos de confianza?

Va a haber una reducción muy importante de cargos. Ahora hay unos 30 cargos de confianza y está previsto reducirlos a la mitad. También hemos calculado que los costes de los órganos de gobierno se pueden reducir un 30%.

¿Se ha reunido ya con el resto de fuerzas que le apoyaron?

Sí, ya hemos tenido una toma de contacto, sobre todo con Ciudadanos y Costa del Sol Sí Puede porque no tenían espacio. Estamos habilitando algo temporal y queremos reubicarlos en el Ayuntamiento porque desde hace tiempo que el Consistorio no tiene espacio para los partidos y no me parece bien trabajar así. También crearemos una sala de prensa.

A partir de la semana que viene todos los partidos vamos a consensuar un reglamento con las fechas de los plenos, las relaciones entre nosotros, un procedimiento de normalización de debate de los órganos y los consejos de administraciones y que se ponga en marcha la junta de portavoces. Ten en cuenta que nada de esto existía. Estamos reconstruyéndolo y empezando por los cimientos. Nuestra idea es abrir todas las puertas que se puedan al diálogo.

La falta de actividad comercial es una de las críticas más sonoras durante los últimos años.

Las ciudades son organismos vivos y el centro urbano de Torremolinos ha enfermado. Hay que mirar hacia otros que se han recuperado y tienen una trayectoria de éxito como Málaga y hablar con las fuerzas políticas, la sociedad y el liderazgo empresarial. Queremos crear una agenda de dinamización cultural y ocio que atraiga al público. Esto pasa por tres puntos: La peatonalización con un gran bulevar que va desde la plaza Costa del Sol hasta la avenida Palma de Mallorca, que vertebraría con establecimientos de todo tipo y actividades culturales. Hay un edificio emblemático, la casa de María Barrabino, que queremos recuperar para crear un centro contemporáneo. También queremos crear un mercado gastronómico y mejorar el acceso de la calle San Miguel a la playa. En 2016 haríamos una agenda cultural para promocionar la ciudad y tener contenidos todo el año. En cuestión de dos años cambiaría la imagen de decadencia de la ciudad. El esfuerzo también pasa por la Mesa del Comercio para reciclar y remodelar la ciudad hacia un comercio singular a través de micro empresas culturales que conecten entre ellas y desarrollen contenidos para la ciudad.

En materia turística Torremolinos se ha quedado obsoleta, ¿qué modelo persigue y qué hay que cambiar?

Lo primero que hay que poner en marcha es la Mesa de Turismo para que los implicados marquen la línea de trabajo a seguir. También queremos elaborar un plan estratégico con vista a diez años para ver fortalezas y amenazas en el que participen todas las fuerzas políticas para que continúe, con independencia del partido que gobierne.

Hay muchas cosas que cambiar, el modelo de promoción de Fitur no nos gusta. Hay actividades desfasadas como la Fiesta del Pescaíto que hay que cambiarlas y las veladillas hay que reconvertirlas. Vivimos en un mercado competitivo y globalizado y Torremolinos no se puede quedar atrás. Hay que ver lo que han hecho Fuengirola o Málaga y adaptarlo a nuestra singularidad.

Habló de medidas de ahorro en su discurso, ¿en qué se ha despilfarrado?

Tenemos un problema económico que vamos a especificar con los informes. Hay que optimizar los recursos de algunas empresas, el Palacio de Congresos o la televisión pública, que suponen una millonada de gasto, ajustar los datos de protocolo y comunicación, que no han estado en absoluto dirigidos a promocionar el turismo. Creemos que podremos recortar entre un 5 y un 10% del presupuesto general de cara al 2016. Nuestra premisa es ser un ayuntamiento transparente al máximo nivel.