Casi cuarenta años después de su muerte, el rey del rock and roll sigue vivo para muchos de sus acérrimos fans, como José Gil, que no sólo luce el tupé de Elvis desde que tenía 15 años, sino que, además se ha casado con el mítico traje del "águila dorado" que lucía el cantante en sus actuaciones.

El 30 de enero será recordado por Gil y su pareja, Isabel Domenech, como el día que cumplieron uno de sus "mayores sueños", y es que llevaban tanto tiempo diciendo que se darían el "sí quiero" al estilo de Elvis y Priscilla, que sus familiares al recibir la invitación de la peculiar boda pensaron que se trataba de una broma.

"José Elvis", como lo llaman sus amigos, no podía contener la emoción al ver a su particular Priscilla, que ha llegado al castillo de Benalmádena (Málaga) donde se ha celebrado la boda en un Cadillac blanco de 1969, como el que tenía su ídolo, con un espectacular vestido rojo de encajes.

La pasión por Elvis le llegó a José cuando apenas era un niño y con 15 años se dejó tupé, a pesar de que, según comenta, a su padre eso "lo traía por la calle de la amargura", pues desde muy joven empezó a vestirse como su ídolo.

La casa de José e Isabel es un auténtico tributo al rey del rock and roll: unas escaleras de mármol blanco y negro en forma de piano, con la cabeza de su ídolo tallada en la baranda y con los nombres de sus quince roqueros favoritos grabados en oro, presiden este hogar al que llaman "la pequeña Graceland".

Situada en Torremolinos (Málaga), la casa de estos fanáticos de Presley cuenta también con una "habitación hawaiana", como la que el cantante tenía en su mansión de Memphis, "Graceland".

El día a día de este fan está marcado por su ídolo, los clientes de la gasolinera en la que trabaja, ubicada en plena Costa del Sol, no pueden contener su asombro cuando al ir a pagar se lo encuentran con el tupé, rodeado de imágenes de Elvis y escuchando su música.

Gil es miembro del club de fans oficial de Elvis, con sede en Menphis, y la inscripción, que permite recorridos especiales por la casa del artista, "fue uno de los regalos más especiales de Isabel", comenta emocionado.

Durante la boda, las miradas de complicidad entre la pareja se mezclaban con las sonrisas de los invitados y de las damas de honor, ataviadas con vestidos rojos con flores blancas y peinados al más puro estilo "rockabilly".

Una balada instrumental de Elvis, como no podía ser de otra forma, acompañaba a la novia hasta el altar, donde la esperaba José luciendo el famoso traje, al que durante meses la pareja ha ido colocando uno a uno los brillantes y tachuelas que forman el águila, así como el mítico cinturón de color oro.

La inconfundible voz de Elvis entonando "Hawaian Wedding Song", uno de sus temas más románticos, acompañaba a los novios mientras firmaban el acta de matrimonio.

Entre los invitados predominaba la estética rockabilly, ya que algunas mujeres combinaban ajustados vestidos negros con guantes, cinturones y cintas del pelo en tonos rojos, mientras que varios hombres llevaban corbatas con notas musicales, collares tejanos o chaquetas con detalles de leopardo.

En el banquete, un grupo de rock los esperaba interpretando algunos de sus temas favoritos como "Blue Suede Shoes", "Suspicious Minds" o "In the ghetto" .

Y la luna de miel, como no podía ser de otra manera, será en Memphis, donde visitarán la casa de su ídolo; la fecha del viaje no está elegida al azar: el 16 de agosto, cuando se cumplen 39 años de la muerte del rey del rock y su ciudad acoge numerosos memoriales.