El centro urbano de Torremolinos está viviendo un proceso de renovación y revitalización de la mano de la cultura. El eje central es la peatonalización de la plaza Costa del Sol y dentro de esta el Ayuntamiento está apostando por diversas formas culturales con las que dotar de contenido al espacio. La principal y más visual es una exposición de más de una decena de obras de la escultora ceutí Elena Laverón.

Torremolinos está armando un discurso que tiene como eje principal la cultura y la primera muesca ha sido la exposición en la calle de esculturas catalogadas de poesía multiforme. De manera paralela, el Consistorio y el comisario de la exposición, Manuel Moreno, están desarrollando otras actividades para fomentar la cultura en la ciudad y atraer visitantes.

El factor diferencial que aportan estas esculturas es que el visitante puede interaccionar con ellas. Se pueden tocar, se pueden fotografiar y muchos pequeños las usan como divertimento. Todas las generaciones disfrutan por la plaza Costa del Sol con esta exposición de esculturas de Elena Laverón.

Para el próximo 19 de marzo está previsto que se desarrolle la primera de estas actividades paralelas. Por la mañana se realizarán pequeñas muestra de baile en cada escultura y los alumnos de pintura de la Universidad Popular de Torremolinos estarán toda la mañana realizando creaciones artísticas. Y ya por la tarde pequeños espectáculos de música en vivo y poesía arroparán a las esculturas.

Elena Laverón nació en Ceuta en el año 1938. Tras vivir su infancia en varias ciudades de Marruecos, se trasladó a Gerona donde se matriculó en la escuela de Bellas Artes de San Jorge. Más tarde, tras varios años en Alemania, decidió trasladarse a Málaga, concretamente a Churriana, donde vive desde hace más de 30 años y ayer recibió una distinción de la delegación en Málaga de la Junta en conmemoración del Día de Andalucía.

La exposición consta de una importante selección de obras escultóricas, realizadas en bronce o piedra artificial, que algunos casos alcanzan los 2,5 metros de altura y los 4 metros de ancho. La obra de Elena atrapa por su grandiosidad y magnificencia, la misma que invita a entrar en contacto directo con su mensaje. Esta serenidad y quietud que transmite reflejan un momento complejo que hace que sus obras no se aíslen del mundo, todo lo contrario, consiguen y procuran un diálogo continuo con el transeúnte, que podrá tocar e interactuar con la obra, convirtiéndose así en una exposición interactiva y para todos los públicos.

Una de las actividades que ya está teniendo recorrido y se presentará al público también en los próximos días es la idea de siluetear un caballo que está dentro de la exposición y que más de mil escolares de Torremolinos trabajen sobre él. Con estos dibujos se realizará una exposición de fotos en la calle San Miguel de los niños trabajando y en el Centro Cultural Pablo Ruiz Picasso se expondrán los dibujos. En todas las actividades paralelas esperan contar con la presencia de la escultora. El comisario de la exposición quiere encuadernar todos estos trabajos para crear un fondo artístico sobre la exposición.

Junto a esta oferta, un grupo de artistas locales -profesores de arte del Centro Cultural Pablo Ruiz Picasso todos- van a realizar desde esta próxima semana y hasta el 29 de abril una creación escultórica alegórica de la obra de Laverón. El proceso creativo puede ser visitado por todo aquel que quiera verlo. Una de las tareas más innovadoras que Moreno ha realizado para conmemorar esta exposición de la ceutí es la unión de sentidos. Ha reunido a muchos de los docentes que imparten enseñanzas en el Centro Picasso para que cada uno dentro de su disciplina haga una creación inspirados en las obras de Elena Laverón. De esta manera, uno se puede encontrar una creación gastronómica que cuente con una trasfondo de la obra de la ceutí.