El exjefe de la oficina francesa de la lucha contra la droga (OCRTIS), François Thierry, está siendo investigado por la Fiscalía de París por su presunta implicación en la importación a su país de varias decenas de toneladas de hachís, algunas de ellas procedentes de la Costa del Sol. Así lo reveló en su edición de ayer el diario Liberation en un artículo recogido por Efe gracias al testimonio de Stéphane V., un hombre que trabajaba para ese organismo. Según su versión, fue contratado por Thierry para vigilar entre marzo y abril de 2012 una casa de Estepona que se utilizaba como guardería, es decir, como lugar de carga y descarga de la droga que desembarcaban de Marruecos para después llevarla hasta Francia por el método Go Fast. Stéphane también ha denunciado que sólo una parte de las lanchas con las que se transportaba el cannabis eran interceptadas por la policía y que el tránsito de cantidades tan grandes de droga sólo podrían llevarse a cabo con complicidades o por la ausencia total de control.

Sin embargo, el diario francés asegura que el origen de la investigación es la sospecha de que Thierry facilitara la entrada en el país de la droga con la complicidad de uno de los mayores traficantes europeos contratado por él. Las alarmas habrían saltado el pasado mes de octubre tras una incautación de 7,1 toneladas de cannabis. Una factura examinada por la Fiscalía puso a los investigadores sobre la pista de ese informador de la OCRTIS. El hombre, identificado como Sofiane S. e implicado en la operación Ballena Blanca, efectuaba las llamadas "entregas vigiladas" que permiten la entrada de droga bajo el control de un magistrado con el objetivo de desmantelar las redes de la reventa a su llegada. Ese agente encubierto, detenido en Bélgica el pasado febrero, gozaba de la protección de alto nivel de Thierry, gracias a la cual llevaba a cabo sus actividades sin ser controlado, argumenta Liberation.