La guerra que los dos grandes clanes mafiosos de Irlanda iniciaron el año pasado en Mijas y luego trasladaron a Dublín con una cadena de crímenes que suman una decena de muertos vuelve a territorio español. Esta vez a Mallorca, donde la ejecución pública de un irlandés de 40 años que recibió cuatro tiros en la espalda interrumpió el miércoles la noche de paz en la zona residencial Costa de la Calma, en el municipio de Calvià. La víctima, identificada como Trevor O´Neill, fue acribillado ante su mujer y sus tres hijos por un pistolero que iba acompañado de otros dos varones.

Los investigadores de la Guardia Civil creen que la muerte de O´Neill podría responder a la incompetencia de los asesinos, que con casi toda seguridad lo confundieron con el verdadero objetivo. Ya pasó en Dublín con Martin O´Rourke, asesinado por error en abril cuando su verdugo creyó que era un hombre de los Hutch. Esta hipótesis encaja con la que los medios británicos ponen en boca de la policía irlandesa, cuyos agentes están convencidos de que los sicarios buscaban a un hombre vinculado a ese mismo bando, el que más víctimas suma desde que Gary Hutch, sobrino del histórico Gerry Hutch El Monje, fuera acribillado en septiembre del año pasado en la Costa del Sol en un ajuste de cuentas de libro todavía impune. Los investigadores españoles e irlandeses, y los propios Hutch, sospechan desde entonces que detrás de ese crimen están los Kinahan, el clan del que el propio Gary fue miembro antes de caer en desgracia por una traición y cuyo centro de operaciones -y una causa judicial por asociación ilícita y blanqueo- está en Estepona desde hace años.

Darren Kearns siguió en diciembre y en Dublín la misma senda que Gary, pero esta guerra alcanzó otra dimensión en la capital irlandesa en febrero. Seis hombres, tres de ellos disfrazados de policías y uno de mujer con una peluca, irrumpieron con fusiles de asalto en la sala del hotel Regency donde se pesaban los boxeadores que al día siguiente iban a participar en una velada de boxeo. Uno de los púgiles era Jamie Kavanagh, hijo del difunto Gerard Hacha Kavanagh. Éste fue acribillado en septiembre de 2014 en un pub de Marbella por dos encapuchados de los que tampoco se sabe nada. En el evento del Regency estaba prevista la presencia de Daniel Kinahan, el principal heredero del imperio levantado por su padre Christopher y muy conocido por sus intereses en el mundo del cuadrilátero. El ataque acabó con David Byrne, de 33 años y un viejo conocido de la familia. No pasaron ni tres días cuando Eddie Hutch, un taxista de 59 años con delitos menores cuyo mayor crimen fue ser hermano de El Monje, murió ejecutado en su propia casa por un grupo de cuatro sicarios. La lista negra continuó en marzo con Noel Duggan, de 55, que murió en su vehículo por su presunta vinculación con los Hutch, y en abril con Michael Barr, abatido por dos pistoleros mientras trabajaba tras la barra de un pub del norte de la capital irlandesaNoel DugganMichael Barr. Barr estaba fichado por la Garda por pertenecer a un grupo disidente del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA) y por los Kinahan por supuestamente suministrar las armas utilizadas en el hotel Regency. El pasado mes de mayo la víctima fue otro Hutch, Gareth, primo de Gary, que murió de varios tiros a quemarropa cuando trataba de subir a su vehículo en un crimen que quedó registrado por una cámara de seguridad. A principios de julio, David Douglas se convirtió en la penúltima víctima que la policía irlandesa también apunta a los Kinahan.