­­­Mario Jiménez acaba de tomar asiento como alcalde de Manilva. Su partido, Compromiso, se alió la semana pasada con IU, hasta ahora socio del PSOE, para desalojar del gobierno a los socialistas. Antes de conceder a La Opinión su primera entrevista como regidor, recuerda que lleva 14 años en política y que, pese a haber pertenecido a IU, el reto para 2019 es obtener una mayoría absoluta con Compromiso.

Manilva ha atravesado estos últimos años un periodo repleto de cambios y escándalos. La primera tarea en su agenda es precisamente «la búsqueda de la estabilidad perdida».

Si hay algo que queremos trasladar en este momento a la ciudadanía es un mensaje de tranquilidad. Queremos dejar a un lado lo que ha sido Manilva durante años y apostar, decididamente, por las grandes infraestructuras, por mejorar de manera definitiva nuestros equipamientos y mejorar en el ámbito turístico la competitividad que nos demanda el sector.

¿Qué aspectos fundamentales aspira a mejorar frente a la gestión de su antecesor en el cargo?

Tenemos que cambiar las políticas que hemos vivido durante el último año y medio. Confiamos en implantar un gobierno municipal aperturista, lograr el diálogo con todas las fuerzas políticas y de esta forma que toda la oposición, incluido el PSOE, también pueda participar del día a día en la puesta en marcha de iniciativas. El voto de confianza que me otorgaron en el pleno de investidura tanto el PP como la ASM representa un gesto que tendremos muy en cuenta. Las guerras políticas no las entienden los ciudadanos.

¿Confía en ese diálogo junto al PSOE después de la aún reciente moción de censura?

En el traspaso de poderes ya me he ofrecido a ellos. Lo que no puede ser es seguir como hasta ahora. Desde la oposición siempre nos hemos sentido marginados. Nos ha tenido a un lado. Pero es que incluso mi actual socio de gobierno nos ha reconocido que le costaba impulsar iniciativas propias. El anterior alcalde lo controlaba todo, cuando en realidad su función es y debe ser la de un buen director de orquesta. Hay que dejar trabajar al resto del equipo de gobierno. Y así lo he expresado hoy en una primera parte de mi visita a todas las delegaciones. El mensaje es el de tranquilidad. El mismo que voy a expresar en el resto de áreas municipales, con la visita que seguiré realizando este martes.

¿Logrará curar hasta las antiguas heridas, abiertas mediante escándalos y conductas que han terminado en los juzgados?

Diego en ese aspecto se ha equivocado. No ha sido un alcalde todo lo abierto posible. Lo primero que hay que hacer es olvidar los traumas y las persecuciones políticas. Vamos de una vez por todas a normalizar la vida pública, es lo que nos proponemos. Vamos a basar nuestro programa en crear equipamiento, en mirar hacia el futuro con esperanza e ilusión.

Esos proyectos necesitan inversión. ¿Cómo la obtendrán?

Sin que haya habido despilfarros, el presupuesto de este año ya está casi agotado. Es lo normal a estas alturas del año. Toca preparar uno nuevo, donde habrá que aprobar el plan de ajuste que exige la Junta. Pero aún así trabajaremos para iniciar nuevas obras.

¿En qué municipios se miran?

Ahora mismo estamos en el vagón de cola de la Costa del Sol. La locomotora sigue siendo Marbella y, por encima del color político, Estepona es otro referente. Buscaremos inversores, mejoraremos las playas. Con un gobierno fuerte tenemos que mejorar la escasa planta hotelera del municipio.

¿Qué otro reto urgente tiene?

Vamos a intentar en los dos años y medio de mandato que quedan rescatar el servicio municipal de aguas de Acosol. Pero igualmente es urgente la regularización urbanística de 500 viviendas que tenemos inventariadas en Manilva.