­­Adentrarse en Bioparc Fuengirola es mucho más que visitar animales; es caminar por un parque que rebosa belleza, armonía y bienestar para las especies, tal y como define Maldonado, y también para aquellos que lo visitan. Una experiencia pensada para que los visitantes tomen conciencia de la necesidad de preservar la naturaleza. Una función educativa que lleva a cabo gracias a la fiel recreación de los espacios naturales en los que conviven los animales.

Hace 15 años que nació Bioparc Fuengirola, un nuevo concepto que precedió al mítico Zoológico de Fuengirola, ¿cómo ha sido su evolución?

Fue un icono porque fue pionero, pero hubo un momento en el que el zoológico de Fuengirola tuvo muchas críticas y merecidas. Fue uno de los primeros en España pero su evolución como zoológico fue deteriorándose ya que los concesionarios no hicieron lo que tenían que hacer. A partir de ahí llegamos nosotros y teníamos claro lo que queríamos hacer. Derruimos todo, dejamos el solar prácticamente limpio. Creíamos que los zoológicos actuales, tanto en esa época como ahora mismo, no cumplían el objetivo primordial que es la contemplación de animales y lo que quisimos hacer era rodear al animal de belleza y bienestar porque era la única forma de contribuir a la conservación de la naturaleza.

«No tiene sentido mantener los animales en cautividad si no se da beneficio a la población de animales en su medio natural». Es una frase de usted.

Lo importante es la naturaleza que engloba los paisajes naturales, las plantas, las rocas y los animales y en sí mismo la evolución que se ha producido en millones de años. En el sentido que digo yo no es solo la conservación e investigación, que es una parte importante que pueden realizar los zoológicos, sino, la concienciación o la educación de la población en la belleza y la maravilla que es la evolución y la naturaleza viéndola reflejada en un zoológico. Que la gente vaya concienciándose de que tenemos que conservar lo poco que nos queda.

¿Cómo se logra?

Cuando ves un bosque, unas dunas... Mucho de lo que vemos y nos apasiona es el equilibro logrado por millones de años. El arte es muy difícil de definirlo pero yo lo haría con armonía y equilibro. Nosotros nos propusimos con las armas del hombre rodear de belleza y de bienestar a los animales. Si tú logras eso lo demás se da por añadido porque se produce lo que se llama «experiencia estética», que es lo que sucede cuando ves un cuadro, una obra de arte... Es muy difícil porque le das a la persona tranquilidad o placer. La gente no sabe definir lo que se produce pero está explicado en todos los libros de filosofía y si tú logras eso creas una huella indeleble en la persona, si logras eso has hecho que los buenos zoológicos tengan cometidos muy importantes que es la educación de la gente.

Por lo que cuenta, Bioparc va más allá de la mera exposición de los animales a los visitantes.

Sí, va mucho más allá de un espacio en el que se produce el divertimento con el que en España se han conocido los zoológicos. Algunos lo llaman como «cambio de paradigma», y lo cierto es que es muy difícil lograrlo porque es muy lento. La mayoría de los españoles entran en un museo y ya están concienciados de que van a ver arte, en cambio, en España y en los países de tradición católica como Francia, España o Italia todo esto -visitar un zoológico- ha sido más bien un divertimento no un acto de cultura o educación. Pero ese cambio se va produciendo poco a poco. Creo que es un proceso de educación y cultura; a medida que las sociedades van teniendo más educación y cultura van disfrutando más de todo esto. Es un servicio que tenemos que dar.

Fueron los primeros en introducir el concepto de zooinmersión en Europa, también introdujeron en 2002 las visitas nocturnas... ¿Qué será lo próximo con lo que sorprenda Bioparc?

La zooinmersión se inició en EEUU y fuimos pioneros pero es solo una herramienta y no un fin para lograr meternos en el hábitat y las visitas por la noche también es meterse en el hábitat de las especies. La novedad que tienen los Bioparc es dotar de la belleza suficiente para que recuerde a la belleza de la naturaleza que es lo que ha hecho el hombre a lo largo de los siglos a través del arte, la pintura, la escultura... Ese ya es un hito insuperable y si lo logramos mínimamente ya nos damos por satisfecho. Esa es la novedad que tiene Bioparc y va a tener siempre que es lograr, además del bienestar y la investigación, sobre todo, transmitir a la gente la belleza de la naturaleza.

¿En qué punto están?

Aunque en España aún no ha sido reconocido por la gente y la prensa, Bioparc Fuengirola y Valencia están entre los diez mejores del mundo. Bioparc Valencia está catalogado con el noveno puesto en TripAdvisor y Fuengirola es la atracción más importante de la Costa del Sol, votado también por los turistas que, en general, tienen más conocimiento de los zoológicos. No estamos nada mal pero nos falta mucho.

¿Cuáles son las especies más atípicas que se pueden ver en Bioparc?

Bioparc Fuengirola está especializado en el bosque tropical y tenemos algunas especies que están en grave peligro de extinción y que tenemos especial interés en ellas e incluso somos los coordinadores europeos de algunas del programa de reproducción a nivel europeo. Estas especies son el talapoín norteño, un pequeño mono de la zona de Guinea que prácticamente no existe en cautividad. Tenemos también el falso gavial, que es un espécimen de cocodrilo de la zona de Indonesia. También añadiría especies como la subespecie verus de chimpancés, de la que solo hay en Guinea y Senegal y Costa de Marfil y hay menos de 800. El gorila de costa, el leopardo de Sri Lanka y el tigre de Sumatra, son otras. Esas especies están en periodo de extinción crítico y estamos tratando de reproducirla con todos los programas europeos.

Me llama la atención que ha mencionado varias veces la palabra zoológico y estamos en un momento en el que esa palabra o concepto está deteriorada y no es positiva, ¿qué ha pasado?

Nosotros nos llamamos Bioparc Fuengirola o Bioparc Valencia pero somos un zoológico y no por eso renegamos de lo que somos. Una cosa es que haya zoológicos malos que no cumplan su función; algunos importantes de grandes capitales que no cumplen su función y no tienen un mínimo nivel exigible, y otra cosa es que tenga que renegar de la función de los zoológicos. Creo que si cumples éticamente, con el bienestar y el mensaje de conservación, no te tienes que avergonzar de que un niño vea un elefante en directo en su vida. No todos los niños van a poder ir a la sabana de África o a la selva de Asia a ver un animal. Queremos que los zoológicos sean una herramienta útil a la sociedad y creo que nosotros somos útiles.

La última reforma ha sido las al templo de los orangutanes, ¿en qué ha consistido?

Un zoológico es un espacio vivo y tenemos que ir mejorando las instalaciones en la medida que podamos, ya que son inversiones privadas. Hace dos años reformamos el hábitat del Dragón de Komodo y nos basamos en los templos de Angkor, en la selva de Camboya, y hemos seguida en esa línea. Los orangutanes viven en Borneo o Sumatra, en Indonesia, y en base a esa arquitectura que está perdida en la selva estamos buscando cómo lograr espacios artísticos y bellos pero que a la vez den bienestar a los animales. Con los orangutanes teníamos un problema que resolver. Les gustan mucho los árboles y necesitan lianas y zonas para trepar pero no queríamos ponerles cuerdas o ruedas de tractor porque destruiría la imagen de naturaleza. Nos pusimos a trabajar y decidimos realizar un templo medio en ruinas con lianas estables y fuertes, ya que el orangután es un animal con una fuerza tremenda. Es una investigación continua con un coste importante pero es nuestra obligación tener el bienestar animal, en este caso, que los orangutanes tuvieran muchos metros para trepar y elevaciones para hacer ejercicio y a la vez mandar un mensaje de belleza y armonía.

¿A qué perfil está dirigido Bioparc?

El servicio es para todo el mundo, los niños son muy inteligentes y disfrutan más y a medida que el visitante es más inteligente, educado y concienciado lo disfruta más pero eso no es un crítica, es una labor que tenemos que hacer poco a poco. Yo estoy convencido de que hace unos años muchos no sabían entender un Van Gogh o un Goya y poco a poco la gente va entendiendo más, hay más colas en los museos... Esto es lo que tenemos que hacer nosotros. Ponernos al servicio de la gente y lograr que tanto adultos y niños disfruten y aprendan. Que los padres se sientan orgulloso de llevar a sus hijos porque sientan que le han dado un servicio educativo de valor.

Usted ha dicho que uno de los objetivos es educar a los visitantes para provocar nuevos hábitos dirigidos al sostenimiento del planeta, ¿es esta una forma de paliar el cambio climático?

Cuando conciencias de la belleza de la naturaleza lanzas un mensaje de conservación y dentro de un mensaje de conservación hay distintas vertientes como la extinción de las especies, parar el cambio climático, hacer una sociedad más sostenible, más justa... Es verdad que ahora mismo lo más urgente es el cambio climático y la extinción de especies pero también es un mensaje de consumo responsable. La idea es lanzar un mensaje de conservación y que cada persona vaya tomando conciencia para ver cómo puede ayudar a ese cometido.

¿Cómo ve Bioparc en 15 años? Por fijar una fecha de cara al futuro...

El personal de Bioparc está muy comprometido pero es una labor infinita aumentar la armonía, el bienestar y lograr que cuando entres a un parque quedes extasiado... ¿Cómo lo veo? Con más perfección, detalle, cuidado, servicio y más atención. Tratando de lograr que la gente entienda lo que estamos haciendo para que pueda elegir y comparar con otros centros que no se molestan en darle ese detalle y cuidado. Espero que estemos un poquito mejor dentro de 15 años. Los zoológicos buenos tendrán más peso en la sociedad y serán más útiles a la sociedad.