La Casa de Doña María Barrabino se convertirá en el eje central y «nuevo símbolo monumental» en Torremolinos. El edificio que fue construido a finales del siglo XIX, tal y como remarcaron ayer los dirigentes municipales, será «recuperado al patrimonio municipal», de manera que pueda volver a lucir «su impronta como un brillante testimonio de la arquitectura burguesa» de la provincia malagueña.

El arquitecto Salvador Moreno Peralta subrayó el papel que jugará en el nuevo entorno peatonal: «Su completa restauración arquitectónica y su integración urbanística con el espacio público, abriéndose claramente hacia la plaza mediante la demolición de los comercios que la ocultan hoy, ganando espacios verdes y haciéndose accesible mediante una escalinata que apoyará ese carácter comunal y de teatro abierto que el espacio adquirirá para celebración de eventos».

«Para la plaza Costa del Sol, de diseño oblongo, el proyecto contempla un ajardinamiento más ambicioso, formando pequeñas plazoletas con bancos, macizos florales, estanques, fuentes y láminas de agua que proporcionan un ambiente agradable», argumentó el arquitecto. La introducción de dichos elementos de agua, así como el traslado de la fuente de la plaza Costa del Sol a su primitivo emplazamiento -en el corazón justo de la misma-, «permitirá devolver a la memoria histórica el fuerte vínculo de Torremolinos con el agua como elemento central del origen y desarrollo urbano de la ciudad».

Asimismo, «toda la huella central de la plaza estará fuertemente marcada por la impronta de una emblemática pérgola, de seis metros de altura, cuya modulación se entremezclará entre setos, playas y jardines, en una especie de composición neoplástica», finalizó el responsable de este nuevo diseño urbanístico para Torremolinos.