El Ayuntamiento de Torremolinos aprobó en el pleno de ayer un dictamen para convertir parte de la deuda de la Administración local de corto a largo plazo. Se trata de una medida de carácter excepcional, temporal y voluntaria a aplicar únicamente en el presente ejercicio y que permitirá, entre otros aspectos, bajar el tipo impositivo del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) para el ejercicio 2018.

«Vemos la luz en la situación económico-financiera del Consistorio y vamos saliendo del agujero en el que nos dejó el PP», manifestó la concejala de Hacienda, Maribel Tocón, que además destacó que «la buena gestión y las cuentas claras nos permiten acogernos a medidas como ésta y reducir la deuda de forma millonaria».

La iniciativa del Ayuntamiento de Torremolinos va encaminada a mejorar la liquidez de las tesorerías de las entidades locales para aliviar así los retrasos acumulados en el pago de sus obligaciones, especialmente las adquiridas con sus proveedores, las reconocidas en sentencias judiciales y las contraídas con otras administraciones.

Esta medida responde además a una reivindicación histórica de la Federación Española de Municipios y Provincias que este año va a beneficiar a Torremolinos y supondrá «un balón de oxígeno para hacer frente a la deuda, al establecer el pago medio a proveedores en los niveles legales y eliminar el plan de ajuste», indicó Tocón.

La máxima responsable del área de Hacienda explicó que la deuda a largo plazo con entidades bancarias, a 15 de junio de 2017, supera los 31,5 millones de euros, después de que en los dos primeros años de la actual legislatura se hayan amortizado nueve millones de esta cantidad, lo que supone un 22 por ciento. Por otra parte, la deuda a corto plazo se sitúa ligeramente por encima de los 21 millones, según apuntó la edil.

De otro lado, el pleno ratificó ayer la cesión a la Junta de una parcela municipal para ampliar las instalaciones del instituto Concha Méndez Cuesta, lo que implicará la incorporación de los estudios de Bachillerato el próximo curso.