Casares ha acogido durante diez días a un grupo de refugiados que han convivido con los vecinos desde el pasado 10 de julio y han participado en un amplio programa de actividades.

Se trata de un grupo de 12 personas, dos familias sirias, otras dos marroquíes y una colombiana, que fueron recibidos en el Salón del Centro de Asociaciones por el alcalde, Pepe Carrasco, y la concejal de Cooperación, Rocío Ruiz, así como por los técnicos de Derechos Sociales, quienes les presentaron el programa de actividades a desarrollar.

Los refugiados recibieron un díptico informativo de la Concejalía de Cooperación con el horario de comidas, los teléfonos de sus tutoras durante esos días y del personal municipal.

A lo largo de estos días, los adultos han tenido la ocasión de participar en un curso de capacitación digital por las mañanas, en los que han aprendido nociones sobre búsqueda de empleo online, elaboración de currículos y otras herramientas en red, mientras que los pequeños han participado en la Escuela de Verano del Colegio Blas Infante junto a escolares del municipio.

Por las tardes, el Ayuntamiento ha organizado un curso de pizzero, que los seis adultos han recibido en las instalaciones de la cocina del comedor municipal, junto a un curso de manipulador de alimentos.

Mientras los mayores aprendían, los pequeños han disfrutado de la piscina y de otros talleres lúdicos, bajo el cuidado de las monitoras de la Cooperativa Educativa MAR.

Mejorar su calidad de vida

El programa de acogida temporal de refugiados es una iniciativa de la Concejalía de Cooperación del Ayuntamiento de Casares, que realiza en colaboración con la Comisión Española de Ayuda al Refugiado y la asociación Málaga Acoge.

Aunque en principio estaba previsto que fueran 15 las personas, finalmente una de las familias no pudo acudir por enfermedad de uno de sus miembros.

La idea del programa, según la concejal Rocío Ruiz, es proporcionar unos días de convivencia en la localidad a estas familias con menores que actualmente se encuentran en pisos tutelados en la provincia de Málaga, además de ofrecerles opciones de formación para aumentar las posibilidades de encontrar empleo y que puedan mejorar su calidad de vida.

El programa lleva aparejado un incentivo económico para el municipio, ya que el Consistorio destina al mismo una partida de 5.000 euros para el alquiler de las 3 viviendas donde se aloja el grupo, la adquisición de kits básicos de alimentación y aseo para los refugiados, y la contratación de otras servicios formativos y de ludoteca, que ha ofrecido una empresa local.