La tirada del copo, un arte tradicional pesquero que sirvió de sustento a muchas familias durante generaciones y que actualmente está prohibido, se ha revivido en la Costa del Sol para evocar el antiguo oficio de los marineros.

Es una actividad que requiere de mucho esfuerzo y gran destreza pero que fue prohibida en los años 60 por esquilmar los bancos de peces de forma indiscriminada al extenderse su uso.

Para no perder la tradición, municipios de Málaga como Fuengirola, en concreto la barriada de Los Boliches, todos los años tras el correspondiente permiso municipal, acoge dos exhibiciones para que este arte quede en el recuerdo de todos.

La tirada del copo es una estampa típica de la Costa del Sol, igual que el cenachero (tradicional vendedor ambulante de pescado en Málaga con su cenacho de esparto donde llevaba la mercancía fresca y lo pregonaba por las calles) y la biznaga (un ramillete de flores de jazmín).

En la tirada del copo tiene un protagonismo especial el marengo, que es como se le llama en la provincia de Málaga a las personas relacionadas con la pesca y otros oficios de la pesca, pero en los Boliches prefieren que a los "marineros" se les llame "choros", ha explicado Rubio Jiménez, pescador y patrón de embarcación.

En la década de los 40 había ciertas diferencias sociales entre las familias que trabajaban en el campo y las que vivían del mar y debido a ello era complicado que los jóvenes se mezclaran aunque hubiese cordialidad. Los del campo llamaban a los pescadores "choros de pataspelás" y los pescadores les decían los "catetos" del campo.

A Rubio Jiménez le sigue gustando que les llamen "choros" y lo de "pataspelás" ha explicado que se debía a que a fuerza de faenar con los pantalones remangados solían perder el vello de las piernas.

Antiguamente, madrugar permitía, en los primeros destellos del alba, ver la actividad de los pescadores tirando del copo, y los previsores si llevaban un cubo u otro recipiente hasta podían llevarse algún pescado fresco, como boquerones, sardinas o jureles.

Actualmente, tras la exhibiciones todo lo pescado inmediatamente se devuelve al mar.

En la tirada del copo, también conocida en algunos municipios como "la Lanza del Amanecer", los marineros se embarcaban en los botes y portaban las correspondientes redes.

Una vez en la mar, los marineros, con muchísimo tiento, arrojaban las redes para formar una especie de semicírculo. Suelen lanzarla unos 40 ó 50 metros o incluso a veces más, depende de cómo esté la mar.

Desde la orilla, y una vez extendida, los allí congregados se encargaban de tirar de cada puntal, de los cabos (a uno de los cabo se llama la banda de levante y el otro la banda de poniente), poco a poco, sin prisa, para intentar no asustar a los peces y pescar lo máximo posible.

Hay que tener mucho cuidado para que la red no se raje y conseguir todo el pescado posible, por lo que los dos grupos tienen que estar totalmente coordinados, ha destacado Rubio Jiménez.

El desayuno típico era café con leche, (que no era ni café, que era "agua sucia", porque con un poco de café hacían tres o cuatro litros, ha explicado a Efe Juan Blanca, presidente de la Peña Bolichera, que es como se lo contaba su padre), pan con aceite y pescaíto frito. Eso sí, el pescado era muy fresco.