La organización social Emaús viene arrastrando problemas económicos desde hace varios años, los cuales están poniendo su actividad en serio peligro. En los últimos meses, la situación ha empeorado, hasta tal punto de que el colectivo se esté planteando cerrar alguno de los comedores sociales con los que cuenta en la provincia de Málaga. «Estamos bastante tocados», asegura Ildefonso Abril, miembro de la entidad.

En la actualidad, la ONG cuenta con cuatro comedores sociales en la provincia de Málaga, concretamente en las localidades de Torremolinos, Estepona, Vélez Málaga y Antequera, en los que atienden a cerca de 600 personas al día.

A estos usuarios se suman los de la provincia de Granada, unos 400, que reciben ayuda en los centros ubicados en Guadix y Baza. En dichas instalaciones reciben comida caliente y bolsas con alimentos para el desayuno y la cena.

La problemática que arrastran es fundamentalmente económica. Las subvenciones municipales oscilan entre los 6.000 y los 45.000 euros anuales, siendo, en ocasiones, insuficientes para cubrir los gastos que genera el mantenimiento del servicio que ofrece la organización social. «Reclamamos una aportación acorde a la labor que venimos realizando, una proporcionalidad al número de personas que atendemos», indica Abril, que resalta que el único comedor que funciona realmente bien es el ubicado en la localidad de Estepona.

Además, otro hándicap al que se enfrenta Emaús es al retraso en la llegada de las ayudas de las administraciones locales, ya que, en la mayoría de los casos, éstas se efectúan cuando el ejercicio está bastante avanzado, hecho que merma las posibilidades de la ONG. «Nosotros vamos justos con los presupuestos, por lo que, si ocurre algo inesperado, nos entorpece. Y si un comedor va mal, implica que los demás también. De hecho, vemos complicado afrontar algunos pagos que tenemos que realizar próximamente», manifiesta el responsable del colectivo.

A todo lo anterior, se suma un problema más. Y es que el número de socios está bajando con el paso del tiempo. Por un lado, debido a la edad de los colaboradores, y, por otro, por decisión propia de quienes venían aportando su granito de arena. Así, las donaciones se están reduciendo, tanto las relacionadas con la parte económica como las referidas a los alimentos no perecederos.

De esta forma, los directivos de la organización social Emaús tienen pendiente una reunión próximamente para valorar las circunstancias actuales y tomar una decisión definitiva. Pretenden establecer un plazo para hacer efectiva cualquier medida que tengan que tomar a raíz de todos los problemas que vienen arrastrando durante meses.