Torremolinos trabaja intensamente para recuperar urbanísticamente el brillo de antaño. Pero desde el ámbito empresarial los esfuerzos también se redoblan al objeto de atraer inversores o rescatar símbolos del municipio. Es el caso de la antigua escuela de hostelería que acaba de reflotarse después de que desapareciera en plena crisis y después de casi dos décadas de trayectoria.

El director de la nueva Escuela de Hostelería Turismo Costa del Sol, Antonio Rodríguez de Lara, reconoce que la persona clave en la reflotación de estas instalaciones tiene nombre y apellidos. «Es el presidente del Círculo de Empresarios de Torremolinos, Adolfo Trigueros. Nosotros, después de años trabajando en el reciclaje de profesionales de hostelería en toda la Costa del Sol, nos encontrábamos en la escuela La Capellanía, en Alhaurín de la Torre, y en virtud de los acuerdos que hay entre los colectivos de empresarios de allí y de Torremolinos supimos de esta posibilidad. Ya ha pasado un año y el proyecto está en marcha, con la participación de 80 alumnos desde el inicio de este curso», expresa.

Trigueros resta importancia a su papel en la recuperación de la escuela, pero aborda uno de los secretos que la misma esconde: «A Antonio y otros responsables de la escuela les dimos detalles acerca de la posibilidad de disponer de las instalaciones que se encuentran a pocos metros del emblemático hotel Pez Espada y junto a la playa de La Carihuela.

Pero sobre todo teníamos claro lo que representaría un complejo moderno y adaptado a las necesidades de los establecimientos de Torremolinos, lugar emblemático durante más de medio siglo para el turismo en Andalucía y el resto de España», indica.

Así decidieron no elaborar un plan de estudios «a la medida de los métodos teóricos», sino que se ajustó «a los perfiles que más se necesitan actualmente en la mayoría de los establecimientos». En este sentido, Rodríguez insiste en que la alta gastronomía, en términos de formación, nunca debe estar reñida con las necesidades básicas que se requieren en los otros fogones, que son mayoritarios, de la provincia, los que ofrecen calidad pero con una clientela internacional y con «gustos muy variados».

Remarca, además, que las clases prácticas arrancan desde los primeros días. Y que el alumnado, a diferencia del centro público, tiene que superar una prueba psicotécnica para poder acceder.